El porcentaje al alza de mujeres en la medicina llevará a cambiar el sistema

Lo que antes era una excepción, lleva camino de convertirse en la norma. La presencia de mujeres en la medicina es ya un fenómeno imparable, hasta el punto de que a corto plazo serán mayoría. Le habrán dado la vuelta a la tortilla y una profesión mayoritariamente ejercida por hombres pasará a ser desarrollada por mujeres.

Y esa creciente feminización, ¿qué tipo de cambios va a suponer? ¿Serán las mujeres las que se adapten al sistema ya vigente o tendrá que ser la estructura del trabajo médico la que introdzuca importantes modificaciones? Si muchas más mujeres serán las médicos de la sociedad vasca, ¿cómo se conciliará eso con la vida familiar? El debate ya está aquí y los datos corroboran la necesidad de abordarlo. En la última década, las mujeres han pasado de representar el 36% al 46% del total de médicos de Osakidetza. Y en la Facultad de Medicina del País Vasco el 80% de los estudiantes actuales son mujeres. Las cifras oficiales marcan una nueva tendencia, que se consolida con el paso de los años.

La feminización influirá en la planificación de los recursos médicos

Las guardias en los hospitales puede que no sigan como hasta ahora

Cristina Domingo, la presidenta de la Sociedad Vasca de Medicina Familiar-Osatzen, advierte de que el proceso de feminización tendrá "una marcada influencia en la planificación de los recursos médicos". Por ejemplo, en el ámbito de la atención primaria, donde las mujeres representan el 58%, muchas médicos de familia y pediatras que trabajan en horario de tarde (desde las 13 a las 20 horas) optan por reducciones de jornada, que resultan "difíciles de encajar" en los centros por el escaso número de médicos.

En determinados centros, de manera voluntaria, algunos médicos han optado por rotar con los facultativos que sólo trabajan de tarde con el propósito de alcanzar dos claros objetivos, según explica Domingo: "de un lado, mejorar el acceso de toda la población al menos un día a la semana por la tarde a su médico de cabecera y, de otro, mejorar las condiciones de las compañeras que trabajan de continuo en ese horario".

Esta circunstancia consta en la dirección de Osakidetza, pero "no ha hecho ningún movimiento de reconocimiento o incentivación a este medida, implantada por los propios trabajadores", se lamenta la presidenta de Osatzen.

Para Joaquín Durán, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital de Txagorritxu, los cambios en la estructura médica son inevitables debido a la mayor presencia de mujeres. "Hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y somos iguales ante la ley. Pero es frecuente que tengamos valores diferentes a la hora de enfrentarnos al trabajo. Es muy posible que mujeres con niños pequeños no deseen hacer guardias o prolongar su jornada laboral, como ha ocurrido en este sector cuando era dominado mayoritariamente por hombres".

Según Durán, el aumento del número de mujeres en la profesión va a aportar otros valores "muy necesarios" para la medicina, pero también va a generar cambios. "El sistema de guardias en los hospitales, sobre el que descansa una gran parte de la atención sanitaria, puede que no siga como hasta ahora".