"Las 14 semanas son la opción más equilibrada"

El jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), Javier Martínez Salmeán, uno de los expertos consultados por el Gobierno, habla de la necesidad de reformar la ley sobre todo para "aclarar" los conceptos oscuros que durante años han rodeado el ejercicio de esta práctica.

Pregunta. ¿Por qué 14 semanas de plazo libre?

Respuesta. No queríamos ir más allá del primer trimestre, que es la tendencia general en Europa. Portugal, que tiene una ley reciente, ha optado por las 10 semanas y Francia por las 12. Y el Consejo de Europa también se ha pronunciado a favor de respetar los derechos de la mujer dentro del primer trimestre de gestación. Nosotros hemos considerado que las 14 semanas es un plazo de tiempo razonable para que la mujer tome su decisión y, además, es un momento en el que el feto es todavía poco viable.

P. IU proponía un plazo de 20 semanas, ¿qué le parece?

R. Podría ser razonable, pero parece que es excesivamente largo para que salga adelante desde un punto de vista constitucional. Creemos que las 14 semanas son una buena opción de equilibrio entre la protección al feto y los derechos de las mujeres.

P. ¿Cuándo es viable un feto?

R. Se trata de una cuestión que está en discusión en la comunidad científica. Pero se suele considerar que el feto es viable en la semana 22. Así lo entienden la Organización Mundial de la Salud y varios comités de ética. Por eso creemos que el plazo para las dos indicaciones que se contemplan, el grave riesgo para la salud de la madre y las malformaciones fetales, debe estar en consonancia con este periodo de 22 semanas.

P. ¿Esta indicación del grave riesgo para la salud de la madre incluye la salud psíquica?

R. Sí, hablamos de un concepto global de salud.

P. Y dejar esta indicación y darle un margen de 22 semanas, ¿no puede acarrear que se sigan produciendo algunos abusos que han llevado a modificar la ley actual?

R. Permite que se dé salida a casos excepcionales como una adolescente que se queda embarazada con 17 años y de repente se ve sola, o inmigrantes que tardan en acudir a los servicios de salud, o algunos casos de marginalidad. Pero serán los menos. La mayoría entrarán dentro del plazo libre de las 14 semanas.

P. Se recoge un supuesto sin plazo en el informe: malformaciones fetales incompatibles con la vida. ¿Y si se detectan más allá de las 22 semanas malformaciones muy graves que no son incompatibles con la vida pero sí con una vida digna? ¿No deja el informe un cabo suelto?

R. Es cierto que éste es un tema para replantearse, pero con el que hay que tener cuidado. La ley no puede dejar espacios abiertos para el aborto libre en cualquier momento del embarazo. Y el problema es que es peligroso que cualquier clínica pueda decidir qué es una malformación grave. Quizá podría abrirse un poco más la ley en este punto, pero si se creara un comité nacional que analizara estos casos, que no serán más de 30 o 40 al año, para extremar las garantías. En cualquier caso, merece la pena darle la vuelta a esta cuestión.