El reto de sustituir a Lula

"Querría que Brasil, después de mí, fuera gobernado por una mujer y ya existe la persona adecuada: es Dilma Rousseff". El apoyo explícito que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dio el pasado mes de noviembre a su ministra de Presidencia, aunque necesario, es algo que puede "afectar mucho" a la candidatura de la ex guerrillera como futura presidenta de Brasil, según su ministro de Justicia, Tarso Genro. "Es una buena candidata, tiene buena capacidad de gestión, pero, sobre todo, tiene el obstáculo más grande que pueda poseer alguien que opte a la presidencia: el apoyo de Lula", asegura Genro.

Parece una incongruencia que tener el respaldo del líder más carismático de América Latina sea contraproducente. Pero la sombra del mandatario puede pesarle sobremanera. El titular de Justicia explica que, si bien hasta ahora "ha afectado positivamente", es una ardua tarea suceder a alguien cuya imagen e influencia es muy fuerte. ¿Está Dilma Rousseff capacitada para ello? "Es una buena candidata", se limita a repetir.

Tarso Genro ve muy difícil suceder a alguien con una imagen tan fuerte

El ministro, a quien durante mucho tiempo situaron como posible sucesor del actual jefe de Estado, reconoce que, "como cualquier político que tenga cierto amor por su país", tuvo algún día la aspiración de ser presidente. No supuso, sin embargo, que la preferencia de Lula le sentase mal. Genro, muy diplomático y comedido en sus comentarios, se lo veía venir. "Yo sé que estas cuestiones no se resuelven por una relación personal. En los últimos 15 meses he podido verificar que el presidente Lula buscaba una candidatura que no supusiera una polarización interna dentro del Partido de los Trabajadores (PT). Y yo, junto a cuatro o cinco compañeros, tuvimos una oposición muy fuerte a la anterior dirección del partido".

Célebre por crear, como alcalde de Porto Alegre, el presupuesto participativo; histórico líder del PT, del que ha sido presidente, Genro es un peso pesado dentro del partido de Lula, con quien ha dirigido hasta cuatro ministerios desde que llegase a la presidencia de la República en 2003. Sus opiniones no son, por tanto, baladíes para la opinión pública brasileña. De ahí que Genro, que se reunió ayer en Madrid con su homólogo español, Mariano Fernández Bermejo, cambie su gesto afable por uno más serio cuando se refiere a las futuras elecciones presidenciales. "Hay que tener un respeto por nuestros rivales; tienen un candidato fuerte, José Serra [actual gobernador del Estado de São Paulo, y uno de los pesos pesados del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)], que representa lo que siempre se ha considerado como el sector de centro-izquierda del anterior Gobierno de Fernando Henrique Cardoso". Un Ejecutivo que, aprovecha para recalcar, "tuvo el mérito de dar solidez a la democracia, pero que en el terreno de las políticas públicas no tuvo éxito".

Sobre el futuro de Brasil sin Lula, Tarso Genro opina que la democracia en su país está "tan consolidada que, difícilmente, una persona que no esté comprometida con la transparencia, con la lucha contra la corrupción, puede aguantar en la presidencia de la República".