_
_
_
_

"¿Europa quiere la paz o que la dejen en paz?"

Sarkozy destaca las discrepancias internas en la defensa europea

Andrea Rizzi

"¿Europa quiere la paz, o que la dejen en paz?". La pregunta, lanzada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, flotó sobre el auditorio de Múnich durante algunos segundos. No fueron muchos, pero sí suficientes para que el juego de palabras desnudara las contradicciones de un continente paralizado entre desencuentros y dudas desde hace años. Sarkozy no dio la respuesta, se limitó a dibujar las consecuencias de la opción B: una Europa que se aísla, cada vez más insignificante en el escenario global e incapaz de defenderse por sí misma.

La mano tendida de la Administración de Obama se extiende hacia una Europa con demasiadas manos listas para responder y muchas dudas sobre adónde ir. Sarkozy se asignó el papel de aliado independiente, pero activo, y dispuesto a asumir responsabilidades. Es notoria la reticencia de muchos países a implicarse más en Afganistán. Los discursos del presidente francés, de la canciller alemana, Angela Merkel, y del primer ministro polaco, Donald Tusk, dejaron patentes las fricciones en el continente.

"Occidente es una familia, y para entrar en ella hay que compartir valores y asumir responsabilidades", dijo Sarkozy, reiterando muy explícitamente su perplejidad acerca de la adhesión de Georgia y Ucrania a la OTAN.

La canciller alemana, por su parte, hizo repetidas referencias a la política de defensa y seguridad de la UE. Poco antes, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, había definido los "surreales muros" erigidos entre la UE y la Alianza como la mayor frustración de su mandato.

Principios innegociables

Javier Solana, Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, delimitó la línea roja: "Algunos principios en materia de seguridad europea son innegociables: la desarrollamos con EE UU; los países son libres de elegir alianzas, y rechazamos nociones como la de esferas de influencia privilegiadas".

Todos coincidieron en que se presenta un momento histórico. El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, se hizo eco en Múnich de la "enorme satisfacción" que las palabras de Biden habían causado entre los responsables europeos.

Desafortunadamente, el cambio de ciclo sorprende a Europa en un año marcado por una paralizante secuencia de elecciones en medio de circunstancias poco favorables: elecciones en Alemania, comicios al Parlamento Europeo, relevo de la Comisión Europea, referéndum sobre el Tratado de Lisboa en Irlanda y dos presidencias de turno débiles (República Checa y Suecia) en la UE.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_