"Combatiremos a las FARC mientras persistan los actos terroristas"
Jaime Bermúdez, ministro de Exteriores de Colombia, se dice "cansado pero contento". Ayer concluía un viaje que arrancó en Davos, donde el presidente Álvaro Uribe sostuvo una apretada agenda empresarial y política, y siguió por Alemania, Bélgica, Francia y España. Simultáneamente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberaban esta semana a seis de los rehenes considerados canjeables. Bermúdez, no se pronuncia sobre esta coincidencia o las intenciones de la guerrilla, a la que se acusa de buscar "oxígeno político" con las liberaciones. Lo que sí afirma este abogado de 42 años es que las FARC "no están haciendo un favor: liberar rehenes es una obligación moral. El secuestro es un crimen de lesa humanidad".
"Colombia ha dejado de dar lástima; ahora suscita respeto"
El Gobierno colombiano, explica, "ha buscado siempre alternativas para la liberación de los secuestrados, ya sea por vía militar, como el rescate de Ingrid Betancourt, o vía negociación, con al menos 14 opciones para un acuerdo humanitario". A petición de Nicolas Sarkozy, recuerda, Uribe excarceló a Rodrigo Granda, canciller de las FARC, o aceptó la propuesta de Francia, España y Suiza de desmilitarizar 180 kilómetros cuadrados en el sureste del país, algo que la guerrilla rechazó. Y autorizó la intervención de presidentes extranjeros o de políticos de oposición, como la senadora Piedad Cordoba, investigada por sus presuntos vínculos con las FARC. "Uribe no tiene problemas en asumir riesgos políticos con tal de lograr la liberación de los rehenes. Lo que no queremos es que se use políticamente la libertad de las personas".
Hace un año, la ofensiva que mató en suelo ecuatoriano a Raúl Reyes, número dos de las FARC, brindó a Colombia unos ordenadores con información vital sobre las alianzas estratégicas de la narcoguerrilla, que salpicaba a funcionarios de Venezuela y Ecuador. Con Caracas, señala Bermúdez, se ha pasado página. "Chávez y Uribe conversan a menudo, y trabajamos conjuntamente". No así con Ecuador, que rompió relaciones. "Uribe tiene la mejor disposición para normalizar la situación, pero esto exige prudencia en las declaraciones públicas".
La estrategia del Gobierno, dice el ministro, no va a cambiar un ápice: "Combate a las FARC con toda la fortaleza mientras persistan los actos terroristas, pero toda la generosidad para quien decida dejar las armas". Un total de 48.000 hombres armados (16.000 de ellos de las FARC y el resto, paramilitares) se han desmovilizado. Ha sido la política interna, insiste Bermúdez, la que ha hecho que Colombia se haya ganado el respeto internacional. "Colombia ha dejado de dar lástima. Ahora suscitamos respeto". Las inversiones y los tratados de libre comercio (TLC) se multiplican. Esta gira ha impulsado el acuerdo de asociación con la UE. Y el ministro abriga todas las esperanzas de que el TLC con Estados Unidos, bloqueado en el Congreso, prospere con la nueva Administración.
"Obama y Uribe han conversado en varias ocasiones, y yo lo he hecho con Hillary Clinton. La relación con EE UU es histórica y está por encima de los partidos. El ambiente es muy bueno". Y ello pese a los aires proteccionistas y al capítulo de derechos humanos, que los sindicatos estadounidenses esgrimen para frenar el TLC. "La única manera de que la política de seguridad democrática sea sostenible es la transparencia. Hemos reducido los homicidios en un 40%, los secuestros en un 80%. El Gobierno protege a 10.000 personas en programas específicos y hay una veintena de fiscales dedicados al tema de derechos humanos". Los militares implicados en ejecuciones extrajudiciales están a disposición de la justicia ordinaria. Hay problemas, insiste, pero las mejoras son sustanciales. "Colombia debe ser apoyada no sólo por razones económicas: cada centímetro que se abra a la inversión y al comercio, es un centímetro que le arrebatamos al narcotráfico y al terrorismo".
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