Los ajustes de empleo se triplican y provocan 8.658 despidos en 2008

Que la situación económica de la Comunidad Valenciana es especialmente complicada es una realidad apuntalada con el paso de los meses a golpe de estadística oficial. Y pese a que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, aseguró la semana pasada en la feria de turismo de Madrid (Fitur) que la autonomía es vista como referencia por otras "para salvar la crisis", pocos datos de momento parecen confirmar esa apreciación. Y algunos, directamente la corrigen. Como los de expedientes de regulación de empleo. El año pasado, la Comunidad Valenciana se consolidó como la autonomía española que más ajustes de empleo autorizó. Pese a no ser la más poblada, ni la que cuenta con más ocupados, la Comunidad Valenciana encabezó el año pasado, a mucha distancia de las demás, la aprobación de ERE (Expedientes de Regulación de Empleo). En 2008 se autorizaron 1.286 ajustes de empleo, cifra que casi triplica (2,8) la de 2007 y, además, representa el 20,6% de los ERE autorizados en toda España (6.227), según los datos del Ministerio de Trabajo. Y dentro de estos ajustes, fueron despedidos 8.658 trabajadores, cifra que también casi triplica los datos de 2007 y además supone el 21,4% de los despidos de toda España. Sólo Cataluña supera a la Comunidad Valenciana en este apartado (9.440). Habría que sumar los tres años precedentes para superar el número de despidos colectivos de 2008.

Cada día del año pasado se autorizaron en la Comunidad Valenciana una media de 3,5 ajustes de empleo. No hay ningún año desde 1999, hasta donde alcanzan las estadísticas del ministerio que dirige Celestino Corbacho, donde se hayan aprobado tantos expedientes de empleo. Los ajustes -tanto de extinción como de reducción de jornada o de suspensión- afectaron a 27.617 trabajadores, lo que supone multiplicar por cuatro el registro de 2007.Las provincias de Valencia y Castellón fueron las que sumaron más trabajadores afectados por los expedientes de ajuste de empleo autorizados y donde más crecieron estos en su conjunto. Sin embargo, en lo que se refiere exclusivamente a los trabajadores afectados por despidos colectivos, fueron Castellón, con un fuerte aumento del 5%, y Alicante, con un repunte del 3,3%, las dos provincias que acumularon una evolución peor. Este dato evidenciaría que las empresas de Valencia y Castellón han recurrido en mayor medida a ajustar el horario laboral de la plantilla para hacer frente a la crisis. En el caso de Castellón, donde se concentra la industria cerámica, los datos reflejan que las empresas han recurrido con contundencia tanto a estas fórmulas como a despidos colectivos.

Trabajo no desglosa los datos por sectores a nivel autonómico, pero sí a nivel nacional. De ellos se deduce que la industria concentró el mayor número de trabajadores afectados por algún tipo de ajuste de empleo, seguido del sector servicios. Y en cuanto a los despidos, fue también la industria la que sumó más de la mitad del total. El sector servicios también se situó detrás de la industria en esta estadística.

Por otro lado, ayer el comité de empresa del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) de Valencia denunció que el Consell está bloqueando las ayudas del Plan Extraordinario de Orientación, Formación Profesional e Inserción Laboral que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 18 de abril. El Gobierno asignó a la Comunidad Valenciana 4.082.973 euros para subvenciones directas a los parados durante el proceso de búsqueda de empleo y para facilitar la movilidad geográfica. Y los representantes de los trabajadores denuncian que mientras que en otras comunidades autónomas "ya han regulado y convocado estas ayudas, e incluso sus parados ya las están cobrando", el Consell "ni siquiera ha aprobado la convocatoria".

[También ayer, el presidente de la patronal autonómica (Cierval) y vicepresidente de Bancaja, Rafael Ferrando, rectificó sus declaraciones del miércoles, en las que defendía la política crediticia de bancos y cajas y admitió que "muchas empresas y particulares" no pueden acceder a ellos. Ferrando insistió en que sin el crédito las empresas no pueden vivir y pidió soluciones.]