Pinta en bastos. La mayor recesión desde la II Guerra Mundial empieza a provocar las primeras tensiones sociales. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, cerró ayer el Foro Mundial de Davos con una seria advertencia sobre los problemas que causará el aumento del paro en todo el mundo.
La crisis en el sector del automóvil avanza tan rápidamente como brusco es el frenazo de la actividad. Entre los fabricantes, cuya patronal, Anfac, calcula que más de 40.000 trabajadores se encuentran ya afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales.
La lluvia fina empieza a calar. Del presidente de EE UU Barack Obama a la canciller alemana Angela Merkel, de la UE al Banco de España, pasando por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el mensaje se repite: no son tiempos de salarios estratosféricos ni de beneficios que rozan la obscenidad.