Encontronazo entre Consell y sindicatos en la víspera de las movilizaciones

La reunión de la comisión de seguimiento del Pavace (Plan Valenciano por el Crecimiento y el Empleo) celebrada ayer en Valencia acusó todas las tensiones mantenidas en las últimas semanas entre el Consell y los sindicatos. Además, tuvo la intensidad propia del día antes de las manifestaciones por el empleo. Para los sindicatos la reunión fue un "diálogo de sordos" (CC OO) o una "reunión muy poco afortunada" (UGT).

Empezó tarde y mal. El vicepresidente económico Gerardo Camps la retrasó media hora y tardó una en llegar desde Alicante, donde había asistido a la convención económica del PP. Justificó la demora en "un pinchazo", pero el ánimo de los representantes sindicales rozaba la incandescencia. Su entrada a la sala de la reunión, en la Consejería de Economía, fue acústica. El secretario general de UGT, Rafael Recuenco, le afeó el retraso, motivado por "un acto de partido", y aunque se ablandó la rigidez no sirvió para mucho.

A la salida, el secretario general de CC OO, Joan Sifre, valoró negativamente el encuentro y se sintió defraudado por el cambio de criterios en la hoja de ruta del Pavace, por los que el Consell impulsa planes fuera del marco. También Carlos de Lanzas, secretario de Relaciones Institucionales de UGT, consideró que el Gobierno "ha abandonado la senda del diálogo social". El presidente de Cierval, Rafael Ferrando, atemperó la tensión y apostó por "trabajar todos juntos en la misma dirección para lograr soluciones".

Pero Gerardo Camps echó leña al fuego. Aseguró que los sindicatos no habían solicitado la reunión de la comisión de seguimiento del Pavace, sino una reunión bilateral, sin las organizaciones empresariales. Según explicó, ofreció una nueva fecha para retomar el diálogo "pero los procesos congresuales de los sindicatos lo impiden". Además, insistió en que los sindicatos han aprobado el 86% de los ERE de extinción, "el de los trabajadores que van al desempleo".