La guerra del gas le cuesta a Gazprom 850 millones
Vladímir Putin propone a Europa crear un consorcio para "compartir los riesgos" del transporte del combustible
Vladímir Putin quiere que los europeos compartan "los riesgos" del transporte del gas ruso a través de Ucrania. El primer ministro ruso propuso ayer la constitución de un consorcio que compre a la empresa estatal rusa Gazprom el llamado gas tecnológico, necesario para impulsar el combustible por las tuberías. La disputa de Kiev y Moscú en torno a la factura de ese gas es uno de los obstáculos para restablecer los suministros a Europa, cortados el 7 de enero por la guerra que enfrenta a Ucrania y Rusia.
Putin formuló su propuesta ante Paolo Scaroni, presidente del consorcio italiano ENI. "Hoy no debemos buscar culpables, sino asegurar el tránsito", dijo, según la agencia Interfax. "Paguemos juntos, compartamos riesgos", exhortó, tras afirmar que Gazprom ha perdido ya 1.100 millones de dólares (850 millones de euros) por el conflicto, que se inició por la falta de acuerdo sobre el precio del gas que Moscú vende a Kiev.
Mientras, Rusia y Ucrania proseguían su diálogo de sordos sin atender a las voces cada vez más irritadas de los europeos que sufren la falta de gas. En una conversación telefónica con el presidente Víctor Yúshenko, su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, insistió en su idea de celebrar una cumbre energética el sábado en Moscú. Yúshenko reiteró que apoya la convocatoria, si ésta se celebra en alguna capital europea que no sea la rusa. Lituania y Polonia se declararon a favor de una cumbre en terreno neutral y Francia cree que Kiev y Moscú deben restablecer primero el suministro de gas.
La primera ministra ucrania, Yulia Timoshenko, y su colega Putin, se reunirán el sábado en Moscú, según dijo Dmitri Peskov, portavoz del primer ministro ruso, después de que los dos políticos conversaran por teléfono en la medianoche del miércoles al jueves. Sin embargo, no está claro el nivel de la reunión gubernamental, si llega a celebrarse.
En otra conversación con la canciller alemana, Angela Merkel, Yúshenko afirmó que el "único obstáculo" para reanudar el tránsito de gas a Europa son los "bajos volúmenes" de combustible suministrados por Gazprom en la frontera. Yúshenko subrayó que su país sólo restablecerá el tránsito si recibe todo el gas contratado por los consumidores europeos (cerca de 320 millones de metros cúbicos diarios) y el gas tecnológico, lo que supone, según dijo, un 8% del volumen total.
Los problemas internos entre Yúshenko y Timoshenko desempeñan un papel central en el conflicto, ya que ambos se perfilan como rivales para los comicios presidenciales de 2010. En la web de Yúshenko, uno de sus vicejefes dudaba de la capacidad negociadora de la primera ministra e incluso insinuaba que había estado dispuesta a entregar a Rusia el control de los gasoductos ucranios. El entorno de Timoshenko acusa al presidente de torpedear unas negociaciones ventajosas sobre el precio del gas para perjudicar a la primera ministra.
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