Rajoy pide no tocar la financiación pero da libertad a los barones

Acuciado por la exitosa, de momento, negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, en la que él no está participando, Mariano Rajoy inventó ayer un nuevo concepto del libre albedrío: "Los presidentes autonómicos [del PP] tienen el derecho y el deber de defender sus intereses. Yo les recomiendo que lo hagan. Pero alguien tiene que defender el interés general, que no tiene porqué ser coincidente. Los 154 diputados del PP, incluido yo, defenderemos esos intereses generales".

Rajoy abría así la puerta a que se repita el escenario de 2001, pero al revés. Entonces fue el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero quien se vio obligado en el Congreso a votar en contra del modelo de financiación mientras sus presidentes autonómicos firmaban el papel que les proponía José María Aznar. El PP, sobre todo después de comprobar el entusiasmo de Esperanza Aguirre con la oferta de Zapatero, empieza a asumir que tampoco podrá controlar a sus barones. Aun así, el propio Rajoy, a otra pregunta, insistió en que los populares, al contrario que los socialistas, dicen "lo mismo en el País Vasco, en Galicia y en toda España". La idea de que el PP es el único partido con discurso nacional es casi un mantra en esta formación, pero por primera vez está siendo puesto en cuestión porque Rajoy no consigue forzar a sus barones para que le sigan en las críticas al nuevo modelo de financiación.

Mientras Aguirre y otros presidentes, como el valenciano Francisco Camps, salen de La Moncloa satisfechos por lo que parece un principio de acuerdo, Rajoy fue ayer aún más lejos en la crítica. Aseguró, en línea opuesta a la de sus barones, que él ni siquiera ve necesario reformar el modelo. "Yo hubiera mantenido el de 2001, que se hizo por consenso y tiene un mecanismo de ajuste para el aumento de la población", sentenció. En un momento en el que el PP busca denodadamente ampliar su espacio en Cataluña, este discurso de negativa a cualquier reformar del modelo puede ser utilizado contra él en esa comunidad. Rajoy llegó a insinuar que no debería darse más dinero a las autonomías. "El nuevo modelo traerá más déficit, más deuda, más impuestos para pagar esa deuda, y más dificultades de las empresas para acceder al crédito, porque el Estado copará ese mercado".

Pese a los temores de Génova, Rajoy hará hoy el enésimo intento de formar un frente común con sus presidentes autonómicos, a los que ha invitado a comer. El PP prepara un documento unitario que, sin embargo, no impedirá que cada presidente pacte por separado con el Gobierno, ya que su líder dejó ayer claro que tienen libertad para hacerlo.

Rajoy ha dado ya el pistoletazo de salida a un largo año electoral. El líder anunció que se volcará en las elecciones vascas y gallegas -participará en la apertura de campaña de las primeras y el cierre de las segundas, según fuentes populares-. Para el lunes ha sido convocada una Junta Directiva en la que hablarán los candidatos a estos dos comicios, Antonio Basagoiti y Alberto Núñez Feijóo, y Jaime Mayor, recién confirmado como cabeza de lista a las europeas. Rajoy no aceptó la interpretación de que su elección ha sido una concesión al sector duro: "Era el mejor candidato, no hay otro criterio".

El líder del PP también restó importancia al fichaje de María San Gil para FAES, la fundación de José María Aznar. "Me parece bien", señaló. Admitió, sin embargo, que últimamente no ha hablado con San Gil, que le ha dicho sí a Aznar después de su estruendoso no al propio Rajoy.