Hereu y los Reyes Magos claman por la paz en Oriente Próximo
450.000 personas llenan las calles de Barcelona para recibir a sus majestades
Nada más desembarcar en el Moll de la Fusta, los Reyes Magos fueron recibidos por el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que les entregó la "llave mágica" -la que abre "todas las puertas de la ciudad"- y el pan y la sal, símbolos hospitalidad. En las mentes de sus majestades no sólo estuvo la crisis económica, sino también la guerra en Oriente Próximo. El rey Melchor (que tiene un gran parecido con el concejal de Urbanismo, Ramon García-Bragado) dijo que él procede de esa región y por eso sabe que es un lugar "necesitado de paz".
Tras un breve recorrido a pie por el puerto de Barcelona, los Reyes se desplazaron en tres lujosos coches de época al parque de la Ciutadella, donde les esperaban sus carrozas. Algunos niños pudieron entregarles en mano las cartas. Otros tuvieron que conformarse con verles de lejos. "Es mejor la de barrio que la oficial", comentó Anna Rius, que, como muchos otros que acostumbran a ver la cabalgata en sus barrios, se quejó del gentío y la mala visibilidad. "Tendrían que alquilar tribunas o hacer que los Reyes fueran más altos", bromeó un padre que llevaba a sus dos hijos a cuestas.
Algunos participantes en el desfile iban con zancos y actuaron subidos en plataformas, lo que ayudó a la visibilidad. Hubo, sin embargo, una queja unánime: la escasez de caramelos. Pese a las 15 toneladas anunciadas por el Ayuntamiento de Barcelona, los asistentes (450.000 en total) notaron cierta "racanería" en relación con años anteriores.
"Todos los niños te miran, es una experiencia inolvidable, la más bonita de mi vida", dijo emocionado uno de los pajes de Baltasar mientras una multitud de niños le avasallaba y aprovechaba para entregar versiones "actualizadas" de sus cartas.
La mayoría de los chavales hace tanto que escribieron sus cartas que han olvidado lo que piden. Pero da igual. Todos asistieron atónitos al despliegue de magia y color y saludaron, tenaces, al paso de las cabalgatas. La que causó más furor fue la del rey Gaspar: un dragón con erizadas escamas multicolores. "No concibo unos Reyes sin cabalgata, venía cuando era pequeño, venía con mis hijos y ahora vengo con mis nietos. Aunque seamos mayores es una noche mágica, es la noche de la ilusión".
Un grupo de jóvenes con caretas de Obama y vestidos de rey negro festejaron con vino la noche de Reyes. "En vez de pintarnos la cara de negro, hemos decidido reciclar a Obama, el negro más universal. ¡Después del rey mago, claro!"
La cabalgata se vivió con la misma ilusión en el resto de las capitales. En Lleida, la gente no se amilanó por el frío y se echó a la calle para ver el desfile, que transcurrió con el termómetro marcando un grado bajo cero. En Tarragona, los Reyes partieron de la calle Reial con la novedad de que los caramelos de los Magos eran, por primera vez, aptos para celíacos. Y en Girona, 90.000 personas la pudieron ver en la cita más multitunaria del año en la ciudad. Como novedad, los pajes hicieron acrobacias.
Esta información ha sido elaborada por Jesús García, Natalia Iglesias, Isabel Roldán y Lluís Visa.
Medicamentos a Gaza
El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, anunció ayer que la ciudad de Barcelona enviará ayuda humanitaria a Gaza y reclamó a Israel y a la organización islamista Hamás el cese de hostilidades. Hereu explicó que el Ayuntamiento fletará en los próximos días, en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores, un avión con medicamentos y que se ha abierto una cuenta corriente para que los ciudadanos puedan hacer sus aportaciones.
En una declaración institucional, Hereu dijo que el Consistorio está en contacto con el gobierno municipal de Gaza y recordó que la capital catalana está hermanada desde 1998 con esta ciudad, y también con Tel-Aviv. "Pedimos el cese del conflicto", dijo Hereu, quien reclamó a las autoridades israelíes que "abran fronteras" y permitan el acceso a la franja de ayuda humanitaria. "Barcelona se implicará a fondo en este momento de emergencia", dijo.
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