El Vaticano rompe con la ley italiana porque "choca con sus principios"
El fallo sobre la muerte de Eluana, entre las causas de una decisión inesperada
Por considerar que las leyes italianas contrastan "con demasiada frecuencia" con los principios irrenunciables de la Iglesia y son innumerables, el Vaticano ha decidido dejar sin efecto, en parte, el Tratado de Letrán (firmado en 1929), por el que aplicaba en su territorio de forma automática el ordenamiento jurídico italiano. Por sorpresa, el Vaticano hizo este anuncio el último día del año mediante un artículo publicado en el diario L'Osservatore Romano, firmado por el presidente de la Corte de Apelación del Estado de Ciudad del Vaticano, el español José María Serrano Ruiz.
Al conocer la noticia, el ministro italiano para la simplificación legislativa, Roberto Calderoli, se quejó de que el Vaticano no hubiera hecho este cambio cuando estaba en el poder el Gobierno anterior, de centro izquierda, y dijo que espera que reconsidere su decisión. "Francamente, hasta ahora no he visto ningún movimiento por parte de nuestro Gobierno que vaya en contra de los valores de la Iglesia", señaló al diario Corriere della Sera.
Calderoli añadió posteriormente que la reciente decisión del Tribunal Supremo de Italia de permitir que se deje de alimentar a la joven Eluana Englaro, en coma desde hace 16 años, debe de haber influido en el anuncio, ya que el Vaticano se opuso tajantemente. Un fallo inapelable que, sin embargo, no se ha podido cumplir.
Tras la firma de los pactos de Letrán del 11 de febrero de 1929, que supusieron el reconocimiento mutuo del entonces Reino de Italia y la Santa Sede, el Vaticano adoptó el ordenamiento jurídico italiano. Ese pacto se produjo cuando estaba en el poder el dictador Benito Mussolini. Hasta ahora, el rechazo a adoptar una ley del Estado italiano era excepcional y motivada por una "radical incompatibilidad". Quedaban fuera de este marco los tratados bilaterales del Estado vaticano.
Según Serrano Ruiz, la nueva norma del Vaticano, que fue aprobada el 1 de octubre por el papa Benedicto XVI, ha sido necesaria debido al "número exorbitante" de las leyes italianas, así como su carácter "variable" y a que presentan además "con demasiada frecuencia" contrastes con "principios irrenunciables de parte de la Iglesia".
Con la entrada del nuevo año, la ley italiana pasa así a ser considerada "fuente supletoria" a un ordenamiento jurídico vaticano que estará inspirado en el derecho canónico.
Para los analistas vaticanos, la decisión del Estado pontificio responde a hechos como la legalización del divorcio pero también se adelanta a futuras leyes sobre la familia o que puedan reconocer las parejas homosexuales. "En el Vaticano saben que una legislación europea podría antes o después llevar a Italia el reconocimiento de las parejas de homosexuales (...) Por ello, al actual filtro se ha querido añadir un freno oficial", ha explicado Marco Politi en un artículo publicado en el diario La Repubblica.
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