Una de cada dos personas que se infectan por el VIH en España es gay
Los hombres que tienen sexo desprotegido con hombres son el principal nicho para la expansión de VIH en España. Así se desprende de los datos ofrecidos ayer por la secretaria del Plan Nacional sobre Sida, Teresa Robledo, y el director general de Salud Pública, Ildefonso Hernández. En 2007, según los datos de las siete comunidades con registro de nuevas infecciones, los gays fueron casi la mitad (un 43%). La tasa multiplica por ocho lo que sería normal si el virus se repartiera por igual entre todos los grupos de población, ya que se calcula que los homosexuales masculinos son un 5% de la población adulta.
El dato de la incidencia del VIH entre los gays es aún peor que en Europa, que, según el Centro de Control de Enfermedades de la UE está en el 39%. Además, y casi más preocupante, la mitad de los diagnosticados estaba ya en tal estado que tenía sida (el deterioro del sistema inmunológico causado por el VIH) y necesitaba tomar medicación. Eso quiere decir, que han estado unos 10 años viviendo con el virus sin saberlo. Y se supone que, por lo tanto, descuidando su protección y la de sus parejas sexuales.
'Hazte la prueba'
A la luz de estos datos, el Ministerio de Sanidad y las principales ONG de afectados han lanzado una campaña de prevención dirigida a los homosexuales masculinos. Si la del año pasado, que contó con los rostros de Boris Izaguirre, Jesús Vázquez y el juez Fernando Grande-Marlaska, se basaba en las relaciones sexuales seguras, la de éste se refiere a la prevención, y, dentro de ella, a la importancia de que las personas con VIH conozcan su estado para cuidarse mejor y para que eviten transmitirlo a otros. Por eso su lema es Por ti, por mí, hazte la prueba.
Teresa Robledo admitió que había que cambiar el mensaje. En los últimos años, la información sobre el VIH/sida en Occidente ha estado teñida de optimismo y de un lenguaje políticamente correcto. Se ha evitado, pese a los datos, asociarlo directamente con los homosexuales masculinos y se ha insistido en la "cronificación" de la enfermedad (aunque en España un tercio de los infectados haya muerto). El resultado es no tanto una bajada de la guardia, sino casi un abandono total, sobre todo entre los más jóvenes, que no han visto de cerca los estragos de la enfermedad de los ochenta y la primera mitad de los noventa, según portavoces de las asociaciones gays.
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