España pondrá en marcha la reforma institucional de la UE en 2010
El desbloqueo del Tratado de Lisboa restará protagonismo a Zapatero
Si se cumple la hoja de ruta acordada ayer en el Consejo Europeo para la ratificación del Tratado de Lisboa, José Luis Rodríguez Zapatero será el primer presidente de turno de la UE que no presida sus cumbres. Tendrá menos protagonismo, pero no menos trabajo. Al contrario. Le tocará poner en práctica la reforma institucional que pretende convertir a la Unión en un actor global y sustituir a la malograda Constitución Europea, como subrayó ayer el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido.
Según el compromiso asumido por el primer ministro irlandés, Brian Cowen, ante sus homólogos europeos, el referéndum en el que el pueblo irlandés debería desdecirse de su portazo a Europa de junio pasado se celebrará el año próximo, por lo que el tratado podría estar en vigor el 1 de diciembre.
La presidencia española mirará a América Latina y al Mediterráneo
El Consejo Europeo dio ayer luz verde a una declaración en la que se explica que el país que esté presidiendo la Unión cuando se aplique el Tratado de Lisboa seguirá presidiendo todas las reuniones pendientes hasta el fin de su semestre. En cambio, el país que asuma a continuación la presidencia semestral de la Unión se encargará de los aspectos organizativos y materiales de las cumbres y reuniones de ministros de Exteriores, que corresponderá dirigir al presidente del Consejo Europeo, una figura de nueva creación, y al Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad. Aunque el texto no lo especifica, se da por sentado que el primer país es Suecia, que presidirá la UE en el segundo semestre de 2009, y el segundo será España, a la que le toca en el primer semestre de 2010.
Pese a ello, fuentes gubernamentales insistían ayer en que la responsabilidad de echar a andar la reforma prevista por el tratado es muy importante. Aunque es probable que tanto el presidente del Consejo Europeo como el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, que será también el vicepresidente de la Comisión Europea, sean elegidos en una cumbre en 2009, habrá que aprobar sus reglamentos de funcionamiento y sentar las bases del nuevo Servicio Exterior europeo.
Además, las fuentes consultadas señalan que, aunque Zapatero y Moratinos ya no presidan las reuniones, serán anfitriones de las mismas y tendrán un papel destacado en su preparación. Está previsto que durante la presidencia española se celebren cumbres entre la Unión Europea y América Latina, Estados Unidos y Rusia; así como la segunda Cumbre Euromediterránea. Ayer, la delegación española se comprometió a cooperar con la presidencia sueca para facilitar la transición entre los tratados de Niza y el de Lisboa.
En su intervención ante al Consejo Europeo, José Luis Rodríguez Zapatero no puso reparos a las demandas del primer ministro irlandés, aunque recordó que con la reducción del número de comisarios, que ahora se hace imposible al mantenerse uno por país, se pretendía mejorar la eficacia de la Comisión. Lo que sí planteó Zapatero fue la necesidad de recuperar los cuatro eurodiputados que España perderá al celebrarse las elecciones al Parlamento europeo en junio, antes de la entrada en vigor del tratado. De los 12 países que pierden escaños debido a este desfase, España es el más perjudicado.
El acuerdo al que llegaron los mandatarios europeos pasa por ampliar los escaños del Europarlamento hasta los 754 previstos en el Tratado de Lisboa a lo largo de 2010. Según López Garrido, para España no representará ningún problema, pues bastará con adjudicar los cuatro nuevos escaños en función de los votos obtenidos por cada candidatura en las elecciones de junio próximo.
Este desfase no es, sin embargo, el único que provoca la demora de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, inicialmente prevista para enero de 2009. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, acaba su mandato el 31 de octubre, igual que Javier Solana. Ambos aspiran a continuar en el cargo y la decisión debería adoptarse en junio próximo, aunque también podrían prorrogarles hasta que haya nuevo tratado. Lo único claro es que si Solana sigue, ya como vicepresidente de la Comisión, no podrá hacerlo el responsable de Economía, Joaquín Almunia. Un comisario por país será mucho, pero dos resulta demasiado.
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