Revolucionarios, no asesinos
A cuenta de la "memoria histórica" se está hablando mucho sobre la Guerra Civil, donde los descendientes políticos de los vencedores, a través de sus medios de comunicación escritos y sobre todo hablados, llevan a cabo una continua campaña de revisión histórica acusando a la Segunda República de ser culpable al provocar la reacción militar. Por el contrario, otros, para defender la misma República parecen necesitar quitar "lastre histórico" acusando de asesinos a militantes del POUM y la CNT, como hace el escritor Jorge M. Reverte en su artículo "sobre la inocencia", de EL PAÍS del 3 de diciembre: "La República logró reimplantar un régimen legal de garantías, como evidenció el juicio contra militantes del POUM en 1938".
Resulta lamentable que todavía hoy, una persona que, además, ha escrito varios libros sobre la Guerra Civil, no conozca que la causa contra el POUM (Archivo Histórico Nacional - Fondos Contemporáneos) fue un montaje elaborado por el estalinismo (PCUS y PCE) contra comunistas revolucionarios acusándoles, no de asesinos, sino de "espías" que pretenden hacer la revolución sin apoyar "una república burguesa". Dicho montaje histórico, que sirvió de coartada al estalinismo para asesinar a Andreu Nin y a cientos de activistas del POUM, está verificado por los periodistas de TV-3 Mª Dolores Genovés y Llibert Ferri en el documental Operación Nikolai, o el asesinato de Nin en 1992 con la prueba de los archivos del KGB (SRER 32476, Vol. 1); por cierto, testificaron en contra en el juicio al POUM Largo Caballero, Luis Araquistáin, Lluís Companys, etc.
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