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El exilio de Miami, contra el embargo

Barack Obama anunció durante su campaña electoral cambios sustanciales en la política hacia Cuba. Prometió levantar las restricciones de los viajes desde EE UU para los cubanoamericanos, que George W. Bush ha acabado reduciendo a uno cada tres años. También abrir el envío de remesas y las comunicaciones. No habló de levantar el embargo, tema aún tabú incluso para las organizaciones más progresistas en la búsqueda de otros caminos para la democracia en Cuba. Sin embargo, la tierra se mueve. Un estudio del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Internacional de Florida (FIU), en colaboración con la Brookings Institution y el Cuban Study Group, ha anunciado el terremoto. Por primera vez, una encuesta entre exiliados ofrece una mayoría, el 55%, en contra de mantener el embargo vigente desde 1962. El exilio más conservador ya ha tachado el sondeo de "no fiable e interesado", pero es significativo.

El trabajo se hizo nada más ganar las elecciones Obama sobre una muestra de 800 personas, a las que se llamó por teléfono, y con un error de 3,6%. Más elocuente aún fue que hasta el 65% de los que votaron a favor de quitar el embargo tenían entre 18 y 44 años, mientras el 56% de los que aún creen en él, más de 65. La vieja guardia que no cambia pese a la falta de resultados y que critica también la posibilidad de que Obama llegue a algún tipo de diálogo con los Castro. En el sondeo, un 55% de los que están en contra arribaron antes de 1980 a Estados Unidos, mientras que los llegados después de 1998 sumaron un abrumador 80% favorable a las negociaciones. Respecto a los viajes y las remesas, las tendencias a quitar las restricciones fueron mayoritarias: 66% y 65%.

El exilio se ha partido. Hay un cambio claro entre generaciones. Después de medio siglo los intereses no pueden ser los mismos y hasta férreos defensores de la línea más dura han cambiado de opinión. "Estoy de acuerdo en levantar las restricciones a las remesas y a las comunicaciones con Cuba", escribía Adolfo Rivero, columnista de El Nuevo Herald. "Los viejos cubanos tenemos que reconocer que Fidel Castro lleva medio siglo en el poder, que varias generaciones han nacido y se han criado bajo el comunismo y que Cuba ha cambiado. ¿Va a ser mi posición, y no la de la dictadura cubana, la que los jóvenes consideren el gran obstáculo para su felicidad? No, no quiero jugar ese papel".

El sondeo es todo un aviso que apunta a lo que sería un paso casi decisivo en la política hacia Cuba. Se terminaría así el argumento más usado por el castrismo para enrocarse y se acabaría la hipocresía de que EE UU es ya el quinto socio comercial de Cuba, pues este año batirá el récord de ventas a la isla, con unos 700 millones de dólares.

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