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Los rectores piden una campaña como la del euro sobre Bolonia

Garmendia se reunió ayer con las universidades más afectadas por la revuelta estudiantil - Los centros le reclaman más implicación

La situación en algunas universidades se les ha ido de las manos. No sólo a los rectores, sino también a las administraciones central y autonómica. Esto es lo que llevó la semana pasada a rectores de las cinco grandes universidades con más revueltas estudiantiles a pedir por carta una reunión urgente con el Gobierno, que por fin se celebró ayer. Para encontrar una salida al conflicto, los rectores quieren que el Gobierno se implique en defender la reforma de Bolonia, que en España implica modificar las carreras con el fin de hacer los estudios homologables en toda Europa. Ante los estudiantes y ante toda la opinión pública. Por eso le han pedido promover, por ejemplo, una campaña similar a la realizada para explicar a la sociedad el cambio de la peseta al euro, ocurrido en enero de 2002.

Grupos de estudiantes han tomado diversas facultades en al menos cinco campus públicos, los de la Autónoma de Barcelona, Barcelona, Complutense, Sevilla y Valencia contra el plan universitario europeo. Esa iniciativa, que inicialmente se vio como inofensiva, se ha convertido en un problema. Y ahora cientos de jóvenes ven detrás de la reforma los fantasmas de la privatización, de la reducción de la calidad, de que la universidad pública quede al servicio de la empresa.

La situación ha tenido que recrudecerse, llegando a revueltas de diversas facultades e incluso a algunos actos de coacción para impedir que se celebren clases o a increpar a los responsables universitarios, para que la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, recibiera a los rectores expresamente para hablar de este tema en la tarde de ayer.

Los responsables universitarios le manifestaron, en primer lugar, su "preocupación por las situaciones de violencia" que ha habido en algunos centros. Al encuentro asistieron los de las universidades de Barcelona, Dídac Ramírez; Complutense, Carlos Berzosa; Sevilla, Joaquín Luque, y Valencia, Francisco Tomás, además del presidente de la Conferencia de Rectores y rector de la Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo. El único de los rectores de las universidades afectadas que no pudo asistir fue el de la Autónoma de Barcelona, Lluís Ferrer. Fue un encuentro para exponer la situación ante la reunión extraordinaria del Consejo de Universidades, que se celebra hoy, para analizar este problema entre los 76 rectores de centros públicos y privados y el Gobierno.

En segundo lugar, los rectores dijeron a Garmendia que Bolonia es cosa del Gobierno -que es el que aprobó el real decreto por el que se deben cambiar las diplomaturas y licenciaturas por Grados, Másteres y Doctorados-, no sólo de las universidades. Por ello, reclaman al Ejecutivo que se mejore la información sobre las ventajas del proceso de Bolonia. Pero no sólo en el entorno universitario. Estos rectores ya advirtieron en su carta a la ministra que "el sentimiento antibolonia se ha ido extendiendo por los centros de secundaria, sembrando la inquietud entre el profesorado y las familias". Le pidieron ayer que promueva "una campaña de información clara a toda la sociedad".

Cuando los responsables universitarios hablan de disturbios o actos en los que el personal de las universidades se siente "coaccionado" se refieren a situaciones que llevan sucediendo desde hace algo menos de un año. Intervienen generalmente pocos alumnos, pero causan disturbios en los campus que interfieren en la normalidad de la vida académica.

Por ejemplo, en la Autónoma de Barcelona, hace meses, centenares de estudiantes entraron en el decanato de Letras y en el despacho del rector, lo que implicó un expediente para una veintena de alumnos. Otro ejemplo es el suceso ocurrido el pasado martes en la Universidad de Sevilla. Un grupo de estudiantes boicoteó la Junta de Facultad, que acabó con un forcejeo entre unos cuantos alumnos y los miembros de seguridad. También en la Universidad de Valencia, la pasada semana, unos profesores salieron de una reunión escoltados por la Policía después de que cerca de un centenar de alumnos de varias facultades les impidieran salir del edificio al querer entrar ellos para unirse al encierro.- 46 países. La Declaración de Bolonia fue firmada en 1999 por 29 países, pero se han ido sumando Estados europeos hasta llegar a los 46 actuales. Los objetivos son muy generales y cada país

va haciendo su propia adaptación, pero la idea es promover la homologación de los títulos y la movilidad de los estudiantes

y profesores a través de un sistema común de grado (de tres o, como en España, de cuatro años) y posgrado (master y doctorado). Debe completarse en 2010.

- Las protestas. Los alumnos que se han levantado contra el proceso de Bolonia creen que la reforma implica la privatización de la Universidad, que se van a perder asignaturas, que se va

a controlar la asistencia a clase y que el cambio hará subir

las tasas. Piden la paralización del proceso y que se abra un amplio debate. Los rectores han negado todos esos puntos, pero apoyan la discusión.

- Movimiento asambleario. Las protestas se canalizan a través de las asambleas de estudiantes que han calado, sobre todo, en la Autónoma de Barcelona, Complutense, Sevilla y Valencia. Organizan movilizaciones y encierros en las facultades.

Encierro de estudiantes en la Universidad Complutense (Madrid) en contra del plan de Bolonia.
Encierro de estudiantes en la Universidad Complutense (Madrid) en contra del plan de Bolonia.CRISTÓBAL MANUEL

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