Hacer justicia

"Querida presidenta:

La Comunidad de Madrid tiene un serio problema con la gestión del proyecto de la Ciudad de la Justicia. Vaya por delante que el Colegio de Arquitectos piensa que es un gran proyecto y que como tal lo ha presentado en foros internacionales, porque redunda en beneficio de los ciudadanos de Madrid y de la imagen internacional de Madrid como ciudad, de sus ciudadanos, de sus instituciones y de sus arquitectos.

Pero no siempre fue así. Cuando el proyecto empezó, empezó mal. Se hicieron una serie de contratos a dedo que el Colegio criticó. El proyecto del arquitecto estrella (cuya foto al político le puede beneficiar) no es necesariamente el mejor proyecto. El mejor proyecto es aquel que surge de un concurso bien convocado y bien fallado.

"La Comunidad tiene un serio problema con la gestión del proyecto"

Lo siguiente que hizo la Comunidad fue hacer unos concursos de proyecto y obra, es decir, que una empresa constructora se presenta al concurso con la colaboración de un arquitecto. Arquitecto subcontratado por la empresa y, por tanto, vinculado contractualmente a ésta y no a la Ciudad de la Justicia. Tampoco es la solución adecuada. Este tipo de concurso, en el que se adjudica el proyecto y la obra a la oferta más barata, incumple la legalidad cuando se trata de promoción pública. En teoría se puede conseguir la obra más barata, pero en realidad eso no es así, y todos los sabemos.

Es un engaño a los ciudadanos porque el presupuesto contratado, imposible de cumplir, se ve incrementado a través de sucesivos modificados, de modo que el resultado final es muy superior al previsto. Es un sistema perverso desde el origen que no busca ni la excelencia arquitectónica ni el rigor económico. Las consecuencias son las impresentables desviaciones presupuestarias que pagamos todos los ciudadanos.

A raíz de las protestas del Colegio de Arquitectos, la Comunidad recondujo el proceso. Los siguientes proyectos se contrataron mediante el sistema del concurso de proyecto, abierto, transparente y participativo. Se escoge el mejor proyecto y la contratación posterior de la obra se realiza según la tramitación adecuada establecida por la legislación de contratos de la Administración pública. De este modo, la Ciudad de la Justicia tiene los mejores proyectos, que serán luego realizados por la empresa constructora que presente la mejor oferta económica, en base a un proyecto real.

Este procedimiento, que es el adecuado, tiene que ser ahora rematado con todos los profesionales ganadores para que ambas partes cumplan con sus compromisos contractuales. Un contrato ata a ambas partes en el cumplimiento del mismo. Quien lo rompe debe hacer frente a las responsabilidades que se derivan del mismo.

Ahora se están produciendo las dificultades. Dificultades derivadas de la forma en la que se empezó a gestionar el proyecto y por las que, en su día, el Colegio de Arquitectos denunció y protestó.

No nos cabe duda de que la gestión de la Ciudad de la Justicia se desarrollará de tal manera que los profesionales ganadores de los concursos puedan realizar su trabajo cumpliendo con sus obligaciones y la Comunidad con las suyas, y Madrid tendrá en este gran proyecto un referente internacional".