Industria teme el cierre de Lear y busca empresas para Tortosa
La Generalitat está negociando con Gallardo, Siliken y Dow Chemical
La Generalitat teme el cierre inminente de la fábrica de cableado que la multinacional de componentes para el automóvil Lear tiene en Roquetes (Baix Ebre) y está negociando con tres empresas para que se instalen en la zona y puedan contratar a los trabajadores que se queden en la calle. Se trata, además de la siderúrgica extremeña Alfonso Gallardo, de la compañía valenciana de energías renovables Siliken y de la multinacional química Dow Chemical, según fuentes del Gobierno catalán.
Lear es la principal empresa de las comarcas del Ebro. Emplea a 500 trabajadores fijos y hace dos años llegó a tener más de 900, sumando a los eventuales. Pero lleva meses en la cuerda floja y tiene los días contados, reconocen tanto la empresa como los sindicatos. La pregunta del millón es saber hasta cuándo durará la incertidumbre. La Generalitat trabaja con la hipótesis de que le queda un año, pero la crisis de las ventas de automóviles podría acelerar el proceso.
Siliken planea invertir 400 millones en una fábrica de silicio
La fábrica de Roquetes tiene dos problemas: su especialización y el monocultivo. Fabrica cableado, una actividad intensiva en mano de obra y que Lear hace tiempo que realiza en Marruecos. Y tiene un único cliente, Saab, al que suministra el cableado para los modelos 93 y 95, que dejarán de fabricarse en 2009 y 2011, respectivamente, explican fuentes de la dirección de Lear. Pero recuerdan que las ventas del fabricante sueco van muy mal porque sus coches son caros. "Ya veremos cómo termina 2008", dijeron ayer.
Lear pactó con el comité de empresa parar 33 días la planta para adaptarla a la caída de pedidos, pero los sindicatos no descartan que en los próximos días la dirección plantee medidas más drásticas. En el mejor de los casos, la producción que se perderá en 2009 dejará parados a unos 200 trabajadores, según las mismas fuentes de Lear.
Por ese motivo, el Departamento de Innovación, Universidades y Empresa lleva meses negociando con tres empresas para que se instalen en la zona y minimicen el impacto. El proyecto más novedoso es el de la multinacional española de energías renovables Siliken, con sede en Valencia. Busca terrenos para construir una segunda planta -ya tiene una en Casas Ibáñez, en Albacete- de producción de silicio de grado electrónico con objeto de autoabastecer al grupo de la materia prima necesaria para la fabricación de módulos fotovoltaicos, su principal actividad.
"Estamos analizando más de un emplazamiento en la provincia de Tarragona y alguno más fuera de Cataluña. Se trata de una inversión de unos 400 millones y, como mínimo, contrataríamos a 50 personas en una primera fase", explicó ayer un portavoz oficial de Siliken.
El empresario extremeño Alfonso Gallardo proyecta levantar una acería en Tortosa con una inversión que rondaría los 500 millones de euros y supondría la contratación de medio millar de empleados. Un portavoz de la empresa declaró ayer que "siguen las negociaciones" con la Generalitat, que ya ha conseguido una solución técnica para que llegue el ferrocarril al polígono donde Gallardo se instalaría para que pueda disponer de los suministros necesarios.
El Departamento de Innovación también mantiene conversaciones con Dow Chemical para un nuevo proyecto "potente y de futuro", según fuentes informadas. La multinacional química está en el polígono petroquímico de Tarragona, donde en los tres últimos años ha invertido 600 millones de euros.
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