Los pisos usados en venta se acumulan por la crisis y crecen un 56% en un año
El mercado de segunda mano se asoma al colapso con 12.700 casas en oferta
"Qué lejanos parecen ahora los años en los que se vendían los pisos como churros. No hacía falta más que ponerlos en el escaparate para que apareciese un comprador. Un año y medio de crisis y parece que no hubieran existido aquellos tiempos". El que habla así es Jaime Rubias, hasta unos meses presidente de la Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Álava, un territorio que ha visto cerrar el 60% de los negocios de este tipo en los dos últimos años. Y es que la crisis financiera ha bloqueado por completo el mercado inmobiliario, hasta abocarlo casi al colapso, especialmente por lo que se refiere al segmento de segunda mano. En el segundo trimestre de 2007 había 8.147 viviendas usadas en venta en el mercado vasco. Un año después, en el segundo trimestre de este año la cifra alcanzaba el récord de las 12.766, es decir un 56% más. La oferta se acumula sin solución debido a la falta de compradores. Si a los usados, se le suma los pisos nuevos libres resulta que hay casi 17.500 pisos con el cartel de se vende. Un año antes apenas rebasaban los 12.000.
La vivienda de segunda mano baja un 5,3% el precio en el último año
Algunos vendedores pierden el anticipo del nuevo piso al no colocar el antiguo
La Administración paga la mitad que hace cinco años por los proyectos
Los datos forma parte del último estudio sobre la oferta inmobiliaria realizado por el Departamento de Vivienda, correspondiente al segundo trimestre de este año. El acopio de casas usadas ha conllevado una bajada en su precio de un 5,3% en los últimos 12 meses, mientras que la nueva libre ha crecido un 2,4%, una de las menores subidas de la década.
El mercado inmobiliario en Euskadi vive una paradoja tras otra. Si primero fue el hecho de que en los últimos años los pisos usados fueran más caros que los nuevos, ahora se encuentra con que tiene más casas en oferta que nunca, la demanda potencial se mantiene muy alta y, sin embargo, se vende cada vez menos. "Lo primero que les recomiendo a los clientes cuando entran en la oficina es que se garanticen que el banco les va a conceder un préstamo. Así que ahora el viaje es inverso: en lugar de ir primero a buscar piso, lo que hay que hacer es encontrar un banco que te garantice la hipoteca y después buscar la vivienda", apunta Rubias.
La imposibilidad de vender el piso puede tener diferentes repercusiones sobre la persona que trata de colocarlo. Por ejemplo, Raúl Rodríguez y su pareja, Ana Aberásturi, han desistido de venderlo y lo han sacado en alquiler, ofreciéndoselo al programa Bizigune del Gobierno vasco, que se encarga de gestionar la vivienda vacía. "Nos hemos pasado un año intentando venderlo, pero nada. Al principio hubo alguna oferta, pero no nos pareció adecuada". En su caso, la venta no les urgía tanto pues han podido mudarse a otro. Rebajaron 12.000 euros el precio inicial (de 252.000 a 240.000), pero nada. "Pusimos el precio que había en el mercado ".
Al menos ellos han conseguido apañarse. Quien no ha tenido tanta suerte ha sido Julián A., quien devolvió la señal entregada para el que iba a ser su nuevo piso al comprobar angustiado cómo iban pasando los meses y no lograba vender la casa en la que vivía. "Fue una decisión muy dura, pero era mejor perder 15.000 euros entonces, que todo después. Ya ni me planteó el cambio. Si casi ni he tenido ofertas", se lamenta.
Iñaki Egurrola, presidente de la Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Vizcaya, conoce esa situación. "Algunos han llegado a perder hasta diez millones de las antiguas pesetas que habían depositado de señal. Llegaba el momento de escriturar el nuevo piso y se dieron cuenta de que no había manera de vender el antiguo". Egurrola tiene claro cuál es el origen del mal: "Los bancos, que no abren el grifo del dinero. Ponen pegas para todo tipo de créditos, desde el que pide 400.000 euros hasta el que pide 150.000. Oferta de pisos y demandantes de vivienda hay, pero no hay dinero para acercarles".
A pesar del parón, algunos especialistas aseguran que el precio de los pisos de segunda mano no va a bajar más. Jenaro Kortajarena, presidente de la Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Guipúzcoa, se apunta a esa opinión. "Se ha tocado el suelo. Los únicos que lo harán son los que se han metido en otra casa y necesitan vender como sea, pero el resto que pone la casa a la venta porque es una herencia o una segunda vivienda van a mantenerlos".
Para Ricardo Arce, su homólogo en Álava, la situación que vive el mercado se puede calificar de "parón técnico". "No tengo una bola de cristal para prever el futuro, pero a corto plazo no va a mejorar", prevé.
Los arquitectos se quedan sin trabajo
Cuando se habla de crisis en el sector de la construcción, inmediatamente se piensa en los constructores, los promotores o los obreros. Casi nadie se acuerda de los arquitectos, que están en la base de la pirámide. De sus proyectos surgirán las futuras viviendas. Pero la crisis golpea duro al sector, en su mayor parte formado por pequeños despachos que agrupan a dos o tres profesionales. Los proyectos han bajado un 20% en lo que va de año, según el presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, Manuel Sagastume.
A la escasez de proyectos se une otra circunstancia "muy preocupante" para los arquitectos: las administraciones licitan muy a la baja, incluso a la mitad que hace cinco años en algunos casos, según recalca el arquitecto de la Diputación de Álava, Julio Herrero. El peligro que subyace en esa licitación a la baja es una posible pérdida de calidad en los proyectos. "Cuando un arquitecto se ve obligado a coger lo que sea para seguir trabajando, incluso perdiendo dinero, al final puede producirse una merma en la calidad". Y al final un mal proyecto se traduce en que los costes de la obra se disparen porque se han hecho mal algunos cálculos.
Sagastume pone el ejemplo de lo que puede ocurrir en un pequeño estudio de tres arquitectos. "Si contrata una obra va a poner todo su empeño en que termine muy bien, aunque pierdan dinero. Pero si tienen tres proyectos con los que pierden dinero va a ser difícil que terminen con la máxima calidad".
Herrero apuntilla que resulta "muy torpe" por parte de las administraciones escatimar el presupuesto en los proyectos de los arquitectos, arriesgándose después a tener que corregir desviaciones en la obra.
Para paliar la falta de trabajo, el Colegio ha trasladado al Departamento de Vivienda la conveniencia de aplique una serie de medidas para garantizar la supervivencia de los pequeños despachos. Una de esas medidas se refiere a la posibilidad de "trocear" las promociones de vivienda. Es decir, en lugar de sacar un concurso licitando una promoción con 300 viviendas protegidas, sacar diez concursos de 30 pisos. "No hay ningún sobrecoste para la administración", aclara Sagastume, que reconoce que para el departamento puede resultar más cómodo sacarlo todo de una tacada a fin de evitarse interlocutores. En cualquier caso, cree que Euskadi está en mejor disposición de capear el temporal que el resto de España.
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