Madrazo complica la fusión de las cajas al proponer la abstención

El proyecto para crear la Caja de Ahorros de Euskadi-Kutxa, resultado de la unión de la BBK y la Kutxa, sigue aún en el aire a sólo una semana vista de las asambleas extraordinarias de ambas entidades que deben ratificar dicha operación. Así como la caja vizcaína tiene asegurada la aprobación con los votos del PNV-EA y de CC OO, en la Kutxa no se han reunido todavía los apoyos suficientes para fundar la nueva caja. Y la situación se vuelve cada vez más complicada al proponer ahora el líder de EB, Javier Madrazo, que sus representantes -cuatro en la Kutxa y dos en la BBK- se abstengan en la votación del próximo viernes.

En una propuesta de resolución de la Presidencia de EB, que aún no ha sido debatida, la dirección de esta organización expresa su "apoyo a la fusión de las cajas", pero critica los términos en que se ha planteado esta operación financiera. De ahí que EB pedirá "la abstención" a sus vocales en las asambleas de la BBK y la Kutxa.

EB acusa a PNV-EA de querer mantener el "control absoluto" de la nueva caja

La posición de la dirección de EB no es definitiva, puesto que los impulsores de la fusión continúan negociando en varios frentes hasta completar los votos necesarios para sacar adelante la misma. La abstención de EB, cuyo respaldo a la nueva Kutxa se daba hasta ahora como algo seguro en todas las quinielas, supone un importante contratiempo para que cristalice el proceso de integración de las cajas.

La fusión podría encallar en la asamblea de la Kutxa, integrada por 50 representantes del PNV y EA, 18 del PSE-EE, nueve de CC OO, ocho de Banatuz, cuatro de EB, tres del PP, tres de ANV, dos del colectivo Pixkanaka, uno de Aralar, uno de ELA y uno de LAB. Para ratificar la unión BBK-Kutxa es necesario el respaldo de dos tercios de los compromisarios que asistan al cónclave. Tendrían que votar a favor 67 de ellos si la asistencia es total.

De momento, al bloque PNV-EA y Comisiones, que tienen cerrado un acuerdo y han anunciado su voto favorable, podrían unirse Pixkanaka Kaskari y Aralar. Entre estos sumarían 62, por lo que necesitarían nuevos socios para lograr su objetivo. Tampoco alcanzaría los 67 con los cuatro delegados de EB.

Las dificultades que se presentan en la Kutxa, sin embargo, no concuerdan con la tranquilidad y la seguridad que están mostrando en público sus responsables. Su presidente, Xabier Iturbe, ha vuelto a expresar esta misma semana su convencimiento de que la fusión se aprobará. En una ocasión anterior dejó caer que a las asambleas de la caja guipuzcoana "nunca" asisten los 100 miembros que la forman.

Ésta es la principal baza que manejan quienes alientan la fusión a dos. En algunos ámbitos políticos se sospecha que el PNV-EA podrían pactar con la izquierda abertzale para que algunos de sus representantes -ANV, LAB y Banatuz- no acudan a la cita el próximo viernes. Pero esta misma estrategia podría volverse en su contra, apuntan desde sectores nacionalistas, si afiliados peneuvistas enemistados con Joseba Egibar, presidente del GBB, también deciden ausentarse.

El debate en la entidad guipuzcoana se centra también en el procedimiento que se seguirá para votar en la asamblea. Si es secreto, como están reclamando algunos sectores, el resultado podría deparar "muchas sorpresas", según fuentes consultadas.

Los responsables de la Kutxa han aprovechado la actual composición de la asamblea, con una mayoría holgada del PNV y EA, para tratar de sacar adelante la fusión. Este equilibrio de fuerzas experimentará una notable alteración cuando en 2010 se renueve la mitad de la asamblea y el PSE y ANV aumenten su representación en la misma, gracias a sus resultados en las pasadas elecciones municipales.