El monasterio de Ripoll limita las visitas para frenar el deterioro de su portada

"La portada del monasterio se merece llegar en buen estado por lo menos hasta el siglo XXII, y para ello se han de tomar medidas urgentes", asegura el director de los servicios de Cultura en Girona, Miquel Sitjar. Su gran enemigo es la presión humana, las decenas de autocares que cada fin de semana se aglomeran a las puertas del monumento. Tallada en una piedra blanda, de gres arcilloso, la portada resiste mal el paso del tiempo, las oscilaciones bruscas de temperatura y la acumulación de dióxido de carbono producida por las visitas.

Este monumental conjunto escultórico del siglo XII es como un "enfermo estabilizado", según Josep Maria Carreté, director general de Patrimonio Cultural, y su preservación futura requiere un plan director que ayer se presentó en Girona.

Lo más "urgente" es controlar el exceso de visitantes. Para ello, desde septiembre se ha restringido a cinco minutos el tiempo de contemplación de la portada y se ha limitado el aforo de visitantes a grupos de un máximo de 20 personas. También se prohibirá la celebración de cualquier tipo de acto en el porche de acceso y se evitará al máximo la apertura de la puerta principal para no dañar la frágil piedra.

Como novedad, a principios de 2009, se podrá ver un audiovisual en 3-D, realizado por la Universidad Politécnica de Cataluña, que permitirá ver los detalles de la portada al milímetro.

Otras actuaciones prioritarias que realizar son renovar el equipo de climatización, frenar la incidencia del sol y de la luz sobre el conjunto y realizar una limpieza de la superficie de la portada. Cultura ha dotado estas intervenciones con 400.000 euros que se suman a las partidas ordinarias del monumento.