El informe que cuestiona el museo tardó dos años en llegar a Cultura
La consejería precisa que el texto no le llegó por ninguna vía "oficial"
La sociedad pública Berroeta Aldamar, encargada de la construcción del Museo Balenciaga en Getaria, no tuvo conocimiento en su momento del informe del Ministerio de Cultura que cuestionaba el proyecto arquitectónico con el que se han realizado las obras. Así lo aseguraron ayer a EL PAÍS fuentes del Departamento de Cultura, que dirige Miren Azkarate, que no supieron precisar si fueron uno o dos años el tiempo que tardó en saber de la existencia de ese informe. Igualmente, recalcaron que cuando llegó a sus manos no fue por el conducto "oficial" de la Fundación Balenciaga.
Las fuentes citadas señalaron que el informe realizado por técnicos del ministerio fue enviado a la Fundación Balenciaga, pero no a la Sociedad Berroeta Aldamar. El ministerio es parte integrante de la primera, junto con el Ayuntamiento de Getaria, pero no de la segunda, que está compuesta por el Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y la corporación municipal.
Camio sí conoció el texto y encargó otro a la empresa constructora
El nexo de unión entre ambas entidades era en la época en que se realizó el informe (noviembre de 2005) el ex alcalde peneuvista de la localidad y principal mentor del proyecto, Mariano Camio. Este recibió el informe remitido por la Subdirección General de Museos Estatales como vicepresidente de la Fundación, pero, al parecer, no lo puso en conocimiento de la Sociedad Berroeta Aldamar, de la que era gerente. La sociedad se había subrogado todos los contratos que tenía comprometidos la Fundación sin revisarlos adecuadamente, según reconoció la propia consejera Azkarate en el Parlamento. Entre ellos está el del arquitecto autor del proyecto, el cubano Julián Argilagos, a través de su empresa Hemen Fashion Art Inc., con sede en Miami.
Las fuentes consultadas no quisieron precisar si consideran a Camio responsable de no haber puesto al corriente a la sociedad pública de las graves objeciones al proyecto que hacía el ministerio, y que conocía como vicepresidente de la Fundación.
Camio, por su parte, reconoce haber recibido el informe, pero no aclaró si lo puso o no en conocimiento de la sociedad Berroeta Aldamar. En su comparecencia en la comisión de investigación sobre el caso Balenciaga en el Parlamento, el ex alcalde de Getaria dijo que el Departamento de Cultura estuvo al tanto de todos los pasos que dio mientras fue gerente de la sociedad, ya que acudía regularmente a todas las reuniones de su consejo, en el que están las instituciones integrantes.
Según Camio, la Fundación Balenciaga envió al Ministerio de Cultura un "contrainforme" contestando el de sus técnicos, que desautorizaban el proyecto como inapropiado para acoger un museo de esas características y alertaban de sus elevados costes de construcción y mantenimiento. El "contrainforme" al que se refiere Camio lo realizó la propia empresa constructora de las obras, Eptisa-Cinsa, y fue enviado al ministerio un mes después de recibir el desfavorable al proyecto. Cultura, asegura, no respondió, silencio que fue interpretado como aceptación, y las obras siguieron adelante. El ex vicepresidente de la Fundación resalta que ésta recibió con normalidad la subvención ministerial el año siguiente, 2006.
El Ministerio de Cultura declinó ayer realizar cualquier comentario, en la línea de silencio absoluto sobre el caso Balenciaga que mantiene desde diciembre pasado. Entonces anunció en un comunicado su decisión de no abonar a la Fundación Balenciaga las subvenciones correspondientes a 2007, 1,4 millones de euros, mientras no se aclararan las irregularidades en su gestión que habían sido denunciadas ante la Fiscalía de San Sebastián el mes anterior. Esta misma semana, la fiscalía presentó una querella criminal contra Camio, Julián Argilagos y Rolando Paciel.
Querella y declaraciones
Ni Aralar, primer denunciante del escándalo Balenciaga, ni el PSE quisieron ayer comentar el informe del Ministerio de Cultura desvelado por EL PAÍS sobre la inadecuación del edificio del museo, ni el hecho de que se hiciera caso omiso de los múltiples riesgos que se señalaban al emprender las obras.
Sólo el PP, a través de su parlamentario Borja Sémper, consideró que ambos aspectos abundan en algo que ya vienen "intuyendo muchos: que en la construcción del Museo Balenciaga no ha primado el rigor, sino el desbarajuste y una gestión nefasta". "Alguien del Gobierno vasco debe dar explicaciones urgentes y asumir la responsabilidad", señaló.
La comisión de investigación decidió ayer, pese a la oposición del PNV, pedir al Gobierno que le envíe la querella criminal presentada por la Fiscalía de San Sebastián contra Mariano Camio, Julián Argilagos y Rolando Paciel. El PNV consideraba que conocer el contenido de la querella podría condicionar a los integrantes de la comisión a la hora de redactar sus conclusiones. La comisión también programó las comparecencias de los días 17, 20 y 24. En la última fecha se citará al arquitecto Julián Argilagos.
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