Las inmobiliarias siguen con la deuda al cuello
Las grandes firmas renegocian con la banca préstamos por 18.000 millones
El proceso concursal de Martinsa Fadesa ha empañado los resultados de sus entidades financieras acreedoras, que han visto cómo se disparaba la morosidad. Tras la tregua de agosto llegaron buenas noticias: Colonial y Reyal Urbis refinanciaron sus deudas multimillonarias. Pero aguardan muchas otras. Los despachos hierven, y sólo siete de las 15 mayores inmobiliarias españolas, desde Habitat hasta Metrovacesa, siguen renegociando más de 18.000 millones de euros. Su objetivo es evitar una posible segunda tanda de concursos de acreedores (antigua suspensión de pagos) que no interesan a la banca pero que ya ha empezado a asomar con los procesos de Restaura y Constructora Pedralbes.
El ladrillo arrastra ya una deuda acumulada de 1,1 billones de euros, más del 60% de todo lo prestado por bancos y cajas hasta mediados de año, según el Banco España. Sólo la promoción se come 311.274 millones, por lo que la deuda que realmente se pretende reestructurar es muy superior a los 18.000 millones que suman Habitat, Martinsa-Fadesa, Metrovacesa, Nozar, Renta Corporación, Restaura o la promotora de Sacyr Vallehermoso. Dos de ellas están en concurso, Vallehermoso sufre la asfixia de la enorme deuda del grupo y el resto trata de salvarse.
Las inmobiliarias siguen pidiendo árnica a la banca. Metrovacesa, que ha incumplido su compromiso de ampliar el capital flotante en Bolsa, busca tiempo para renegociar cerca de 4.000 millones. Renta Corporación consiguió una dispensa en agosto, pero en octubre advirtió a los bancos que no podía cumplir las condiciones impuestas sin poner en riesgo su actividad ordinaria. Y en la misma situación están otras de menores dimensiones, como Aisa o Fbex.
¿Habrá esa temida tanda de concursos? Un promotor que está en plena refinanciación de su empresa, y que pide no ser identificado, afirma que Reyal Urbis y Colonial han sido un paréntesis. Este empresario sostiene que la banca parece más predispuesta que antes, incluso a valorar posibilidades como convertir los créditos subordinados. "Pero si lo que nos dan sólo vale para sobrevivir unos meses, pedimos el concurso", dice. Para ilustrar la situación, añade que los bancos cada vez le dedican menos tiempo. "En la puerta siempre hay otra empresa esperando".
Más morosidad
Según la Asociación Hipotecaria Española, la tasa de créditos dudosos a empresas dedicadas a actividades inmobiliarias era en julio del 1,92%, frente al 1,3% correspondiente a los créditos de familias. El Banco de España recuerda en su último boletín que las tasas de dudosidad empresarial inciden más en las inmobiliarias y constructoras que en otros servicios.
El periodo más delicado viene ahora, puesto que las entidades deben afrontar el vencimiento de sus pólizas en un momento de falta de liquidez. "Siguen pidiendo más garantías, muchas de las cuales no existen, porque los bienes están muy hipotecados. Y eso se da en un momento en el que no circula dinero, que no se subrogan préstamos", asegura el responsable del Área Inmobiliaria de Ernst & Young Abogados, Jaime Beltrán.
"Van a ir caso por caso", afirma el consejero delegado de la consultora Irea. "Algunas caerán, otras no. Y muchas se sujetarán a obligaciones imposibles de cumplir, como ampliar capital, no superar cierto LTV [la relación entre el valor de los activos y el endeudamiento], no realizar nuevas inversiones, controlar la tesorería...", sostiene el consejero delegado de la consultora Irea, Mikel Echavarren. Es decir, la empresa deberá destinar casi toda su energía en devolver la deuda.
Encima de la mesa está el caso de Habitat. Tras refinanciar su deuda de 1.600 millones en febrero, la promotora tiene ahora un agujero patrimonial de más de 700 millones. Y en caso de que no logre un acuerdo con la banca antes de dos meses, no tendrá más remedio que pedir el concurso de acreedores.
"Las entidades examinarán cada empresa y los costes que debe soportar. Las empresas no sólo necesitan refinanciarse sino nuevas líneas de crédito para circulante", afirma Carlos Salinas, socio del despacho de Garrigues.
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