Letras y universitarios
Leo su interesante artículo Mucho título y pocas letras y se me ocurren algunas reflexiones sobre un asunto que, como profesor de lengua que soy, me inquieta desde hace algún tiempo, 25 años para ser exactos. Son excesivos los españoles cuya expresión escrita está muy por debajo de lo que cabría esperarse de su nivel formativo, y no sólo en el ámbito universitario. Admito que esto no es un problema dramático, pero creo que sí que es grave, o deberíamos considerarlo así en un país avanzado.
Lo único que puedo hacer desde una carta es plantear algunas preguntas y paradojas con las que yo me he encontrado.
¿Cuáles son las raíces del mal? ¿Por qué hay un buen montón de chicos de 16 años que usan los signos de puntuación peor que niños de 10? Le garantizo que, después de 10 años escolarizados, se les ha explicado hasta la saciedad cómo se puntúa un texto.
¿A qué viene que a un niño de ocho años se le pueda pedir que diferencie comunicación verbal y no verbal? ¿No sería mejor dedicar el tiempo a enseñarle otras cosas?
¿Por qué en la ESO y en el bachillerato la lengua y la literatura se han unificado, con el resultado de que ni una ni otra se puedan dar en condiciones?
¿Por qué están los programas no universitarios de lengua tan sobrecargados de contenidos inútiles, demasiado abstractos o desajustados al nivel pero que tienes que dar porque luego salen en selectividad?
¿Por qué te lo tienes que pensar dos veces antes de suspender un examen de ortografía catastrófica y redacción incoherente si se da el caso de que más o menos se adivina que el alumno responde a lo que se le pregunta?
En fin, son miles de cosas, el espacio no da para todas. Que los universitarios escriban mal es sólo la punta del iceberg y el problema ni siquiera es educativo, sino que es social: ¿valoramos en España como se merece el expresarse bien? ¿No habremos sometido a la enseñanza de la lengua a unos programas disparatados.
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