EE UU castiga a la junta militar mauritana mientras que la UE amenaza con hacerlo
Estados Unidos sancionó, el pasado fin de semana, a los militares golpistas de Mauritania y la Unión Europea amenaza con hacerlo dentro de un mes.
El Departamento de Estado prohibió la entrada en EE UU a varios miembros de la junta militar y a individuos que la apoyan y dejó caer que podría ir más allá en su castigo.
Con anterioridad, Washington suspendió en agosto su cooperación civil y militar -no la ayuda humanitaria- que brinda a Mauritania, unos 17 millones de euros anuales.
La presidencia francesa de la Unión Europea y la Comisión Europea se reunieron ayer en París con el primer ministro mauritano, Moulaye Ould Mohamed Laghdaf, pero las propuestas que les comunicó son de carácter "ilegítimo, sin perspectivas de restablecimiento del orden constitucional".
"Si de aquí a un mes no hay nuevos elementos", se propondrá la adopción de sanciones, reza el comunicado de la presidencia francesa. Francia ya congeló en agosto su ayuda al desarrollo (30 millones de euros).
La Unión Africana también suspendió la participación de Mauritania mientras que el Banco Mundial paralizó un crédito de 123 millones de euros.
Los militares golpistas pusieron fin, el 6 de agosto, a una transición modélica en el mundo árabe y recluyeron a Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi, el primer presidente elegido democráticamente desde la independencia.
De todos los países occidentales que mantienen estrechas relaciones con Mauritania, España es el más renuente a castigarla. Le otorga una ayuda anual al desarrollo de 11 millones.
Asuntos Exteriores condenó el golpe, pero su titular, Miguel Ángel Moratinos, precisó en una entrevista con RNE que mantendrá "el mejor nivel de relaciones" con Nuakchot cualquiera que sea su régimen. Este mes descartó en el Senado sancionar a la junta.
Cuando, en agosto, París quiso exigir en un comunicado de la UE la reinstauración del depuesto presidente Abdallahi, la diplomacia española lo desbarató, según fuentes comunitarias.
A finales de ese mes EE UU y Francia declararon por separado que no reconocían la legitimidad del nuevo Gobierno nombrado por la junta, pero España guardó silencio.
Esta línea blanda es achacable, explican diplomáticos españoles, al deseo de contar con su colaboración en la lucha contra la emigración clandestina. Por ahora Mauritania se ha relajado. Septiembre fue el peor mes del año con 1.727 subsaharianos llegados a Canarias. El pasado fin de semana desembarcaron otros 203.
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