Fabra, el trasvase Tajo-Segura y la incomodidad
La reunión que los populares celebran en el recinto de Feria Valencia tuvo ayer dos elementos que enturbiaron la balsa de aceite en que se ha convertido este congreso y que se reflejó en una extraña incomodidad. Uno, la presencia del presidente de la Diputación y del PP provincial de Castellón, Carlos Fabra, y otro, la exigencia de que se mantenga el trasvase Tajo-Segura en las actuales condiciones.
La incomodidad de Carlos Fabra, investigado por un presunto delito fiscal en un procedimiento judicial en el que tendrá que aclarar la procedencia de ingresos por valor de 6 millones de euros, se tradujo en la incomodidad de quienes le rodeaban. El más amable con Fabra, probablemente, fue Alfonso Rus, a quien le tocó estar a su lado. Los demás altos cargos, sin llegar a darle la espalda, sí evitaron coincidir demasiado con él, y, sobre todo, exponerse bajo las luces y los flashes de las cámaras. De hecho, Fabra desfiló por los pasillos del congreso en el recinto ferial de Valencia con un séquito menor en número y calidad del que acostumbra en otras ocasiones.
La otra incomodidad fue la de la ausente secretaria general del PP y líder de los populares manchegos, Dolores de Cospedal. La única representante de la cúpula nacional del PP que no aterrizará en Valencia, y que se exponía a una pitada por reclamar la caducidad del trasvase Tajo-Segura. Una cuestión en la que los populares valencianos han marcado una línea roja que hace que la posición de su secretaria nacional sea inasumible.
Sí tomaron la palabra ayer el portavoz del PP nacional, Esteban González Pons, y la responsable de Organización, Ana Mato. Hoy estarán en el congreso Javier Arenas y y el presidente Mariano Rajoy.
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