Los líderes de la zona euro se reúnen mañana para buscar soluciones
La cumbre de urgencia, propuesta por Zapatero, supone el segundo intento de poner en marcha un plan de acción conjunta de la eurozona y el BCE
El jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, aceptó a última hora de ayer la petición del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, para que convoque una "reunión urgente" de los jefes de Estado y de Gobierno del Eurogrupo; los países que comparten el euro como moneda. Zapatero se dirigió a Sarkozy en su calidad de presidente de turno de la UE para que hiciera frente a una crisis financiera internacional "sin precedentes".
Sarkozy intenta limar asperezas con Zapatero y alaba su aportación a Europa
El presidente español insiste en que es necesaria la coordinación
La reunión, que tendrá lugar mañana a las cinco de la tarde en el palacio del Elíseo, tiene como objetivo "definir un plan de acción conjunto de la eurozona y del Banco Central Europeo (BCE)ante la crisis financiera", según comunicó el Elíseo en una nota.
El primer ministro italiano Silvio Berlusconi había avanzado la misma idea pocas horas antes desde Roma. A los jefes de Gobierno de la zona euro se unirán en la cumbre el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, y el del BCE, Jean Claude Trichet.
Sarkozy recibió ayer a Zapatero en el palacio del Elíseo donde mantuvieron un almuerzo de trabajo. En vísperas del Consejo Europeo del próximo miércoles, mientras la crisis financiera sigue arrastrando los mercados a mínimos históricos, sordos a todas las iniciativas de los poderes políticos, la visita del jefe del Gobierno español adquiere una dimensión particular. Hasta cierto punto, el encuentro sirve de bálsamo al roce provocado por el desencuentro que protagonizaron París y Madrid la semana pasada en torno a la reunión del llamado G-4; los países europeos miembros del G-7.
Zapatero, que se encontraba en visita oficial en Rusia, no dudó entonces en mostrar su desacuerdo con la iniciativa. En el último momento, el Elíseo intentó organizar un almuerzo el día antes de la cumbre, sólo para obtener un no por respuesta de La Moncloa.
Ayer, todo fueron declaraciones de amistad y coordinación. "Creo poder decir que el reloj de España y el de Francia marcan la misma hora", dijo Sarkozy. La idea de la reunión del Eurogrupo, añadió, "es, una vez más, la prueba de la gran contribución de Zapatero a la buena marcha de Europa". Para el presidente francés, sin embargo, más allá de la respuesta europea a la crisis es necesaria una respuesta coordinada mundial; "porque hoy la crisis afecta a todas las regiones del mundo, nadie está al abrigo".
Ambos mandatarios se limitaron a pronunciar unas escuetas declaraciones a la salida del almuerzo. El jefe del Estado francés, señalaron fuentes diplomáticas, se opuso a que se permitiera realizar preguntas a los medios de comunicación presentes en el patio del Elíseo.
"No hay precedentes de la situación del sistema financiero internacional, caracterizada por una profunda falta de confianza y la incapacidad de los mercados de crédito de funcionar", dijo Zapatero.
Pese a este preocupante diagnóstico, el jefe del Gobierno español echó mano de su tradicional optimismo y dijo estar convencido de que la actual situación "se solventará", aunque para ello es "imprescindible la coordinación y la determinación".
La semana pasada, a través de su ministra de Economía, Christine Lagarde, Sarkozy lanzó, a modo de globo sonda, la propuesta de crear un fondo europeo de emergencia de 300.000 millones de euros para garantizar el sistema bancario, por el sistema de que cada país destine el 3% de su producto interior bruto (PIB). Holanda estaba de acuerdo, pero Alemania la rechazó de plano. Paradójicamente, el sábado en la cumbre del G-4, tras imponer la tesis de que cada país cuidaría de sus propios bancos, aunque "de forma coordinada", la canciller Angela Merkel se encontraba, de vuelta a Berlín, con el hundimiento del tercer banco alemán Hipo Real Estate.
El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, no perdió entonces la oportunidad de señalar que la minicumbre del Elíseo había "acabado con un comunicado y algunos de los países presentes actuaron inmediatamente de forma diferente".
Tras otra semana de hecatombe financiera, la idea de un plan común ha vuelto a resurgir. Fuentes gubernamentales francesas señalaron ayer que Sarkozy estaría preparando el borrador de un nuevo plan europeo para presentar en el Consejo Europeo del miércoles.
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