Con dinero público

Son comprensibles las reticencias con las que se está encontrando George Bush, para que por los legisladores, en especial muchos de su propio partido, sea aceptado el Plan de Rescate Financiero. Éste permitiría inyectar dinero público a los bancos que tan alegremente se dedicaron a facilitar hipotecas sin suficientes garantías. Y es que eso, además de ir contra la política liberal de no intervención, significaría premiar a costa del contribuyente americano, una actuación centrada en la obtención abusiva e inmediata de beneficios desmedidos, sin que existan garantías de que en su día se vayan a devolver. El Gobierno español pretende hacer otro tanto, en vez de a los bancos a los promotores inmobiliarios, prestándoles 3.000 millones de euros a través del ICO, lo que equivaldría también a premiar su afán especulativo de estos años, para que puedan financiar sus descontroladas inversiones. Y la pregunta es: ¿son suficientes garantías para estos préstamos la existencia de activos en venta que están sobrevalorados? ¿Es razonable que con el dinero de los contribuyentes se financien situaciones de insolvencias que dichos empresarios no han sabido provisionar durante sus años de grandes ganancias?

Creo que, al igual que sucede con los congresistas republicanos, las reticencias para facilitar estos prestamos con dinero público también deberían existir en el Congreso español.