Obama y McCain piden al Congreso que apruebe el plan
"Solucionen esto", exige el demócrata
Después de que la Cámara de Representantes rechazara ayer el esperado plan para salvar de la quiebra a la economía norteamericana, la crisis financiera impide de nuevo a los candidatos presidenciales centrarse en la campaña. A Estados Unidos sólo le preocupa en estos momentos encontrar una solución política para evitar la catástrofe. Ante la situación de emergencia nacional, ambos líderes coincidieron en pedir al Congreso que actúe con responsabilidad y apruebe la operación de rescate de Wall Street. Ambos fueron cautos en su apoyo a la impopular medida, aceptándola como un mal que en estos momentos ya es inevitable.
Los sondeos empiezan a dar una clara ventaja al senador de Illinois
John McCain intentó rentabilizar electoralmente su actuación de la semana pasada, cuando anunció con tono dramático y apelando a razones de Estado que abandonaba la campaña para desplazarse a Washington y ayudar a los congresistas a alcanzar un acuerdo. Ayer, a pesar del evidente fracaso de las negociaciones en las que él ha intervenido, el candidato republicano insistió en que antes de su llegada a Washington había un mal plan con escaso apoyo que había mejorado sustancialmente gracias a su mediación.
El equipo de campaña de McCain también acusó a Obama y a los demócratas de poner "la política por delante del país" a pesar de que el partido demócrata votó mayoritariamente a favor del plan de rescate en la Cámara de Representantes mientras los republicanos hacían fracasar una ley impulsada por el presidente Bush.
"Solucionen esto", fue el mensaje de Barack Obama al Congreso. El candidato dijo que tenía confianza en que la situación se arreglaría, pero reconoció que sería un camino "pedregoso" y afirmó que él siempre había defendido que no era buena idea meter la política electoral en la negociación. De paso, aprovechó para culpar de la crisis financiera a las ideas antiintervencionistas de su rival. "Ha luchado durante décadas contra las regulaciones sensatas del mercado", señaló. Su portavoz, Bill Burton, criticó las acusaciones partidistas de McCain en un momento de "crisis nacional".
Antes del fracaso de la votación en la Cámara de Representantes, las encuestas más recientes habían empezado a reflejar un despegue del candidato demócrata, al que daban una ventaja de entre cinco y ocho puntos. Eran sondeos posteriores al debate electoral del viernes y realizados cuando parecía acabada la polémica en torno al plan de rescate de Wall Street.
La última encuesta de Gallup sobre intención de voto concede una ventaja de ocho puntos a Obama. La empresa Rassmussen le coloca a cinco puntos de McCain. Y las encuestas que tratan específicamente sobre el debate también dan como ganador al demócrata con diferencias de entre 12 y 15 puntos.
A tenor de estas cifras, parece que la puesta en escena de McCain de la semana pasada no tuvo el efecto buscado. Era una apuesta arriesgada que podía ser percibida como los ciudadanos como puro teatro o como un sacrificio personal por el bien del país. Miembros del equipo de campaña de McCain han admitido que fue un error y durante el fin de semana (antes de la decisión de ayer en el Congreso) dijeron que lo mejor para el candidato era pasar cuanto antes a otro asunto y recuperar la normalidad.
Por el momento, eso no va a ser posible. McCain se ve obligado ahora a recuperar el tema de la crisis financiera y a tomar postura. Ayer, en Ohio, probó con el discurso del miedo asegurando que las políticas de Obama harían "más profunda la depresión económica". Se mueve sobre aguas cenagosas. Debe estudiar cada movimiento para intentar recuperar el camino perdido, pero la actuación de su partido en el Congreso no le pone las cosas fáciles.
Nadie puede dar la carrera por ganada a estas alturas del juego, y menos ante la tormenta política que se vive aún en el Capitolio, pero ayer parecía que el senador de Illinois había logrado reconducir la situación tras pasar un momento difícil después de la Convención Republicana y la aparición de Sarah Palin en escena. Obama, que había llevado la delantera en los sondeos desde el inicio de la campaña, empezó entonces a caer. Sus defensores se pusieron nerviosos, pero el candidato mantuvo la calma. Y el colapso financiero de Wall Street junto con el escaso dominio de su contrincante en asuntos económicos y la cada vez más evidente inexperiencia de Palin le han llevado a despegar de nuevo a tan sólo 36 días de las elecciones.
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