Un debate devaluado, sin magia y sin sorpresas

Devaluado y sin magia. Un debate sin fuerza alguna. El tirón e interés que habían tenido los últimos plenos de política general celebrados en Euskadi pasó ayer a mejor vida. La expectación que en las dos ultimas legislaturas ha generado este debate, el lugar elegido por el lehendakari para plantear sus proyectos políticos de calado -el plan de Nuevo Estatuto Político que lleva su nombre o la propia consulta- se convirtió ayer en algo ya sabido, un guión demasiado conocido. El lehendakari Ibarretxe no aportó ninguna idea nueva en su larga intervención, de más de dos horas. Fue la suya una alocución a veces mortecina, sin garra y casi para pasar página. Junto a una amalgama de actuaciones y previsiones de su Ejecutivo, el lehendakari mostró cierto agotamiento en el discurso, sobre todo por la repetición de ideas ya sabidas.

Ese cansancio se propagó por todo el salón de plenos y las butacas de invitados, buena parte de las cuales se hallaban vacías. La magia del prestidigitador que saca un as de la manga o el consabido conejo de la chistera brilló ayer por su ausencia. En otras ocasiones, el pleno ha sido, además, un hervidero, una retahíla de invitados de primera fila política que ayer no aparecieron por ninguna parte. La presencia de los tres diputados generales o de los líderes de algunos partidos como los presidentes del PNV, Iñigo Urkullu, o del PP, Antonio Basagoiti, quien no es parlamentario, no lograron elevar el listón logrado en otras ocasiones.

Las caras de cansacio y los gestos de aburrimiento entre buena parte de los invitados, los periodistas y los políticos de la oposición eran el reflejo más que evidente de que la legislatura ya está agotada, a falta sólo de que Ibarretxe anuncie qué domingo de marzo próximo se irá a las urnas.