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Reportaje:

Seis películas que buscan su final

El cine latinoamericano compite para poder terminar sus filmes

El País

El Festival de Cine de San Sebastián sirve un año más de plataforma para los necesitados, para aquellos que no tienen dinero suficiente para completar su película. Dentro de la sección Cine en Construcción se encuentran seis películas latinoamericanas, aunque una de ellas esté dirigida por un español y otra por un francés. Se exhiben en el certamen donostiarra con el propósito de recaudar fondos para poder concluir la realización iniciada.

Los premios a los que optan estas películas, a modo de ayudas, son la postproducción de una de ellas; la compra de derechos de emisión por Televisión Española; 10.000 euros de la Casa de América de ayuda a la postproducción y su difusión internacional a través de la red del Instituto Cervantes.

"Son películas que desean ser construidas", señala el director del Festival, Mikel Olaciregui. Los filmes seleccionados en esta edición, procedentes de México (2), Argentina, Chile (2) y Nicaragua, se han elegido de entre 64 proyectos presentados de 20 países diferentes.

En un guiño a la sensibilidad latinoamericana se proyectan también dos películas dentro de la sección Horizontes Lejanos. Dos cortometrajes que relatan los problemas de una cierta adolescencia y los choques de clase en Perú y Guatemala. Se trata de Dioses, del peruano Josué Méndez, y Gasolina, del guatemalteco Julio Hernández Cordón.

Aunque totalmente diferentes, los dos filmes coinciden en sus protagonistas: los adolescentes. Como telón de fondo, las fuertes diferencias sociales y los choques de clase que existen en Latinoamérica.

Por un lado, Dioses cuenta la historia de una familia de clase alta formada por dos hijos adolescentes, el padre y su joven novia de origen humilde, al que trata de ocultar a toda costa. Los dos hijos, perdidos en un contexto de alcohol y sexo, buscan su lugar en el mundo.

Una visión totalmente diferente de los problemas sociales es Gasolina, primer trabajo de Hernández Cordón. Una historia que se desarrolla en una sola noche, en un barrio desolado de Guatemala. Es la historia de tres chicos de clase media-alta, que se dedican a robar gasolina para poder salir a dar vueltas en el coche de uno de ellos. Es una película a ratos aburrida y a ratos tediosa en la que poco se entiende de la vida de estos personajes, excepto que son adolescentes aburridos y que no buscan nada en la vida.

La película se cierra con un final dramático, que ya se deja entrever en su desarrollo. El director ha querido hacer un "retrato muy sincero" de su país, de la realidad de Guatemala, de la "atmósfera oscurecida" y del silencio y la desolación de sus noches.

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