Interior libera a inmigrantes gambianos a los que su país se negó a repatriar
El Ministerio del Interior ha comenzado a trasladar desde Canarias a la Península a los 101 inmigrantes cuya repatriación frustró el Gobierno de Gambia el pasado viernes. A pesar de que todos ellos habían sido identificados por sus agentes consulares, las autoridades del país africano impidieron que fueran desembarcados en el aeropuerto de la capital, Banjul.
Fuentes sindicales han confirmado que al menos ocho de los sin papeles, que habían llegado en cayucos al archipiélago, ya han sido puestos en libertad en Madrid porque han cumplido el límite de 40 días de internamiento que establece la ley. También informaron de que los demás tendrán que ser liberados en los próximos días por el mismo motivo.
Esta situación no es nueva. Las decisiones caprichosas de muchos gobiernos del área subsahariana a la hora de permitir el desembarco de sus compatriotas provocan que, de cuando en cuando, Interior se vea obligado a volver con ellos a España y a ponerlos en libertad. En esos casos, los complicados trámites de identificación y la necesidad de repatriar al mayor número de inmigrantes en un solo vuelo con el fin de abaratar costes dejan poco margen de tiempo al Ejecutivo para repetir la operación, aun en el caso de que el país de origen dé su visto bueno, ya que la mayoría de los deportados están a punto de cumplir el plazo máximo de retención.
Esperando a Exteriores
El Ministerio del Interior se hallaba ayer a la espera del resultado de las gestiones del titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con su colega gambiano. Un portavoz de este último departamento declaró que, aunque el ministro había detectado en el Gobierno de Banjul "buena predisposición" y "voluntad política" para cumplir el acuerdo de repatriación firmado con España en 2006, no había logrado arrancarle un compromiso concreto para volver a llevar a los inmigrantes que aún permanecen retenidos en Canarias.
Una fuente de Exteriores explicó que las autoridades de Gambia intentan que España les dé un trato similar al que concede a Senegal. Esto es, que les regale patrulleras, automóviles y aviones para vigilar sus fronteras. Pero el Gobierno no parece dispuesto a asumir semejante compromiso, por varias razones. Entre ellas: Senegal es el país de más peso en la zona y su colaboración en el control de la inmigración ilegal está siendo "excelente". Gambia, por el contrario, mantiene una actitud remisa.
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