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Reportaje:

Para qué estudiar

Los jóvenes desmotivados abandonan los estudios para "trabajar y ganar más"

Si no se tiene una clara vocación por ser médico, abogado o arquitecto; continuar los estudios posobligatorios e ir a por el título de Bachillerato, tiene poco sentido. Ésta viene a ser la hoja de ruta de 4 de cada 10 jóvenes valencianos de entre 16 y 18 años, que en la última década se han apartado del sistema educativo reglado atraídos por una "economía fácil" que no requiere un perfil profesional y donde "el personal menos cualificado gana más".

La relación entre una economía basada en el boom de la construcción y los servicios de baja cualificación ligados a la hostelería y el abandono escolar temprano de un sistema educativo "tedioso" para los jóvenes está demostrada, en opinión del economista del IVIE Lorenzo Serrano, en Comunidad Valenciana y Baleares. Dos autonomías que encabezan la caída del rendimiento académico.

"Es lógico que un joven no motivado busque trabajo fácil y bien remunerado"
"Existe relación entre el boom constructor y la hostelería y el abandono escolar"

Descartados los "grandes factores" que intervienen en el rendimiento escolar según todos los indicadores internacionales sistematizados en los Informes PISA y de la OCDE (el porcentaje de gasto público en relación al PIB, la inversión per cápita por alumno, la ratio alumno/profesor, etcétera), la presidenta de la Asociación de Orientadores y experta en Intervención Psicopedagógica de la UNED, Consuelo Vélaz, conviene en que hay cuatro grandes vectores que inciden en la calidad del sistema educativo.

Se trata de los problemas estructurales (infraestructuras, plantillas); del exceso de contenidos a edades donde las vocaciones no están definidas; del sistema tradicional de evaluación de competencias de un alumno que no mide sus habilidades y madurez; y la alta rotación de plantillas, con la consiguiente desmotivación de docentes y alumnos.

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Éste es por ejemplo el caso de Román H., de 28 años. Un estudiante normal de Valencia, "un poco vago, que aprobaba de manera muy fácil la Historia, Matemáticas y Educación Física... Un poco de letras, un poco de ciencias y un poco de deporte". Pero, cuando le "tocó apretar" y "estudiar más" en 2º de Bachillerato, pensó: "Los estudios no valen para nada, no tenía ni aliciente ni motivación ni atención personalizada por parte del profesor, así que para mí era una pérdida de tiempo seguir estudiando si no pensaba ir a la Universidad". Román decidió echar "pa'lante" y ponerse a "currar" en lo que saliera y acabó de repartidor y poniendo copas en bares como tantos otros jóvenes de la Comunidad.

Al igual que Fran, de 30 años, -"un crack para los estudios, pero que se equivocó de carrera y ahora acabará Magisterio"- no tienen grandes problemas económicos. Se han criado en un contexto familiar de clase media con padres con estudios superiores. Teniendo retos diversos, tienen un punto en común: una economía fácil es una salida atractiva para un adolescente que quiere independizarse.

"El factor desmotivación es un círculo vicioso que afecta a las dos partes: profesor y alumno", subrayan ambos expertos, que destacan "la incapacidad del sistema para atraer a los adolescentes que acaban por abandonar sin terminar los estudios de Secundaria posobligatoria".

"Claro que entiendo que la gente joven quiera ganar dinero a los 18 o 20 años. Hay que ir a los institutos y ver cómo funcionan. Por cada profesor bueno que encuentras, hay 10 desmotivados de baja o provisionales que no quieren comerse el tarro ni implicarse demasiado porque se van a ir. Pero si un profesor tiene vocación y vale: apruebas", insiste Román. Este joven reconoce, no obstante, que cuando llega el cambio del reloj biológico, las cosas se ven de otra forma. "A los dos o tres años te das cuenta de que se necesita un título para hacer cosas". Y es ahí donde reaparece la Formación Profesional. "La FP es la tabla de salvación de muchos, además de que se adapta más a lo que uno quiere", reivindica Román, que a los 25 años se sacó el título que le ha permitido ver y conocer mundo a través de proyectos de cooperación y animación sociocultural en América Latina.

Esta "experiencia" es, según Vélaz, "la que completa el catálogo de competencias en habilidades de un joven", más allá del aprendizaje a través de la típica clase tradicional. Vélaz es experta a nivel nacional en abandono escolar y en el diseño de los programas de cualificación profesional inicial (PCPI) que ahora se estrenan con la Ley Orgánica de Educación. Es un instrumento pensado para que una persona que haya salido del sistema educativo pueda volver a cualquier edad y desde cualquier nivel de estudios mínimos, a través de pasarelas, que le llevan a obtener el título de Graduado de ESO, acabar la FP o el Bachillerato e incluso llegar a la Universidad.

"En España, además, se ha vivido un fenómeno que no se ha dado en la Unión Europea en los últimos años: que, en un ciclo masivo de empleo fácil, los sectores económicos con mejor comportamiento son los que han atraído a los jóvenes con menor cualificación. Así, es lógico que un joven que no esté motivado académicamente busque un trabajo fácil y bien remunerado", remata Serrano, con otro ejemplo gráfico: "Conozco responsables de Recursos Humanos de grandes fábricas donde el trabajador menos cualificado de la línea de producción gana más dinero que el que tiene titulación y está en el área administrativa. Eso favorece que el joven o adolescente que se plantea abandonar los estudios se pregunte: ¿cuál es el atractivo, para qué seguir estudiando si no es rentable?".

Por eso, todos los expertos consultados ven en la FP la opción formativa clave: tanto para "salvar el ciclo de recesión" y "dar un giro de la economía del ladrillo y el cemento a la del conocimiento", como para salvar del pinchazo educativo a aquellos jóvenes que dejaron el sistema cuando no había las actuales opciones formativas.

De lo contrario, según geógrafos como el catedrático de la Universidad de Valencia, Joan Romero, que ha realizado un estudio de campo de los sectores del calzado y la cerámica en las comarcas del Vinalopó y de L'Alcora que concentran mucho empleo poco cualificado, será muy difícil revertir la crisis con profesionales sin formación.

El Consell Escolar Valencià advierte:

- Medidas "urgentes" contra el fracaso. A la vista de las tasas de escolarización del alumnado de 15 y 16 años, se observa que queda fuera de la enseñanza obligatoria un 21% de la población que debería cursar esta enseñanza. Por ello, se llama la atención de la Administración educativa para que disponga medidas urgentes para que esta situación no se produzca.

- Faltan datos cuantitativos. Observadas las tasas de repetición en 4º curso de ESO y en 2º de Bachillerato, se considera conveniente que el Consejo Escolar Valenciano disponga en su próximo informe de los datos cuantitativos sobre el "abandono escolar".

- Hay que someterse a la evaluación PISA. El Consejo Escolar Valenciano recomienda a la Administración educativa que incluya "la Comunidad Valenciana con muestra propia en las evaluaciones PISA".

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