Como si nada hubiera pasado
La decisión del Supremo apenas tuvo reacciones en los ayuntamientos de ANV
Como el que asiste a una crónica ya prevista, la noticia de la ilegalización de ANV dictada por el Tribunal Supremo no alteró en nada ayer el desarrollo de la actividad municipal en los principales consistorios vascos que gobierna la formación abertzale. Ni siquiera provocó reacciones visibles de protesta. Ni la menor movilización en las calles de Mondragón, Hernani o Rentería, o en los ayuntamientos donde gobierna con mayoría absoluta.
El Ayuntamiento de Rentería se adelantó algunas horas a la sentencia y, en un pleno extraordinario convocado a las ocho de la mañana, acordó la suspensión de actividades del grupo de ANV (cinco concejales, ahora no adscritos), en virtud del auto de suspensión de actividades dictado por el juez Garzón en febrero pasado. También en Irún y Lasarte se han disuelto los grupos de ANV.
Entre las localidades donde gobierna ANV, como en Mondragón o en los municipios vizcaínos de Izurtza o Atxondo, sus ediles ya tomaron el camino del grupo de no adscritos, decisión que en el primer caso llevó a un juzgado la Abogacía del Estado. En Hernani, hace meses ANV se reconvirtió en el grupo municipal Hernaniko Abertzale Independentistak, sin referencias a la sigla ilegalizada.
"Nos hace daño, porque las estructuras organizativas desaparecen y el sentido colectivo también, pero creo que cada concejal podrá ejercer sus derechos de manera individual". Niko Moreno, alcalde de ANV en Elorrio (Vizcaya), mostraba ayer esa resignación de quien esperaba desde hace tiempo la decisión. Su preocupación es ahora cómo afectará al funcionamiento de un consistorio de poco más de 7.000 vecinos y donde la izquierda abertzale gobierna en minoría (6 de los 13 ediles). "Hay que leer detenidamente la sentencia. Tendremos que andar con cuidado", admite. "¿O es que ahora los concejales no adscritos no pueden coincidir en las votaciones?", se pregunta. En Elorrio, en junio se disolvió el grupo de ANV.
Moreno, con dedicación exclusiva, mantiene intacto su salario, al igual que las dietas de los otros cinco ediles abertzales por asistir a plenos y comisiones. El alcalde insiste en que la desaparición de ANV no elimina "una realidad: que se pueden suprimir organizaciones pero no las ideas. Y eso es lo kafkiano en este asunto".
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