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Uno de cada siete jóvenes catalanes subsiste sin empleo y sin estudios

UGT cifra en 100.000 las personas de entre 16 y 24 años que "no hacen nada", el 52% más que en 2005 - Los expertos critican la pasividad ante el fracaso escolar

Unos 100.000 jóvenes se han quedado apeados del ámbito educativo y del laboral en Cataluña, sin haber logrado un título académico y sin empleo. El 14% de los catalanes de entre 16 y 24 años, uno de cada siete, "no hace nada", según un estudio que UGT dio a conocer ayer. Ni estudian ni, en su mayoría, buscan empleo. Ambos grupos conforman una bolsa de rezagados forjada al calor del fracaso escolar y la crudeza del mercado laboral. "Estos factores crean un cóctel molotov que echa a perder un potencial humano significativo", denuncia Neus Monté, secretaria de Educación y Ocupación del sindicato UGT. Sociólogos y pedagogos advierten de que el sistema educativo genera bolsas de alumnos repudiados a los que nadie ofrece alternativas.

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La alarma se centra en que este colectivo se ha multiplicado en los tres últimos años. En 2005, el mismo estudio de UGT detectó a 65.900 jóvenes varados, según denominan los sociólogos a los descolgados del ámbito profesional y académico. Desde entonces se han incrementado el 52%.

Profesionales del ámbito educativo ratifican que el fenómeno de los varados va en aumento, sin entrar a valorar las cifras de UGT. Parte del problema lo vinculan a la reagrupación familiar de los inmigrantes, pero sin quitarle méritos al sistema educativo. "La transición del mundo escolar al profesional está plagada de grietas. Cada vez más jóvenes se quedan atascados en tierra de nadie", ilustra Manuel Álvarez, doctor en Pedagogía de la Universidad de Barcelona. Sin títulos académicos ni empleos adaptados a su escasa formación, el futuro de estos jóvenes se limita a subsistir entre vacaciones indefinidas y trabajos esporádicos, sin contrato y pagados en mano. "Ratean entre la economía sumergida y los negocios familiares, pero están fuera de juego", añade Joaquim Coll, sociólogo investigador de las políticas de juventud. Mientras, UGT critica que la mayoría de los abandonos se dan en la Formación Profesional, por lo que exige que se reformen estos estudios, Álvarez subraya que el fenómeno se está extendiendo ya por las facultades.

Todos los casos repiten la misma secuencia: un fracaso académico que deja a los jóvenes al borde del dinero fácil en empleos no cualificados. "La rigidez del sistema educativo agrava el problema. Quien sale del circuito escolar ya no tiene solución: nadie prevé cómo reinsertar el alumnado perdido", lamenta Álvarez. Y cada vez hay más. Los catalanes de entre 18 y 24 años que abandonaron sus estudios prematuramente fueron el 30,5% en 2005. En 2008 el porcentaje se sitúa en el 32,5%, duplicando la media de la Unión Europea (15,2%).

Oriol Villela, barcelonés de 20 años, dejó la carrera de Empresariales para repartir pizzas en una empresa de comida rápida. Sus apuntes han quedado olvidados ante los 600 euros al mes que recibe por 290 horas de trabajo. "Ya recuperaré los estudios, ahora estoy bien así", razona.

"Es probable que ni vuelva a estudiar ni siga en el empleo mucho tiempo", augura el sociólogo Coll. Con los años, estos jóvenes se convierten en treintañeros cuya situación tiende a empeorar. "Quedan a merced de los vaivenes económicos", subraya Álvarez. Hallan trabajo en época de bonanza y son los primeros en perderlo cuando asoma la crisis. "Y con la que viene encima...", añade el pedagogo.

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