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11-S, siete años después

Bush permite a sus fuerzas especiales incursiones terrestres en Pakistán

El Pentágono no pedirá permiso para cruzar la frontera desde Afganistán

El presidente de EE UU, George Bush, permitió el pasado julio que el Ejército norteamericano conduzca operaciones militares en Pakistán sin autorización previa del Gobierno de este país. Según ha confirmado el jefe del Estado Mayor estadounidense, Michael Mullen, los comandos especiales destinados a Afganistán tienen permiso para cruzar la frontera del país con Pakistán para capturar y aniquilar a terroristas de Al Qaeda y talibanes, que en los últimos meses han intensificado sus ataques en suelo afgano.

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Por primera vez, la semana pasada, un comando especial cruzó la frontera y se adentró en una pequeña villa paquistaní a casi dos kilómetros de distancia de la frontera afgana, cerca de la ciudad de Peshawar. Sólo se informó a Islamabad de la operación después de que se hubiera acometido. Según el Gobierno paquistaní, en el ataque fallecieron 20 civiles.

La montañosa zona del norte de Pakistán es un santuario de terroristas de Al Qaeda y exiliados que en el pasado gobernaron Afganistán bajo la bandera talibán. La CIA sospecha que sus aldeas sirven de refugio al terrorista Osama Bin Laden. Desde allí, los líderes rebeldes lanzan ataques constantes en suelo afgano contra las tropas lideradas por EE UU y la OTAN. Con la muerte, ayer, de dos soldados estadounidenses, 2008 se ha convertido en el año más sangriento para las tropas de EE UU en la dilatada invasión de Afganistán. En nueve meses han fallecido 113 militares, frente a los 111 de 2007.

Durante años, la Administración republicana ha debatido cómo colaborar con Pakistán para cazar terroristas dentro de sus propias fronteras. En el anterior presidente, el general Pervez Musharraf, EE UU tenía a un fiel aliado, aunque su apoyo a Bush desató la ira de diversos grupos islamistas que le veían como un títere de Occidente.

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Días después de la jura del nuevo presidente, Asif Alí Zardari, viudo de Benazir Bhutto, el Pentágono se ha visto obligado a revelar que ha decidido actuar al margen de la soberanía nacional paquistaní. A Zardari se le comunicarán las operaciones, pero se conducirán unilateralmente, sin su permiso. La OTAN ha anunciado oficialmente que no tomará parte en estas operaciones. "El mandato de nuestras tropas acaba en la frontera afgana", dijo ayer el portavoz de la Alianza, James Appathurai.

Para el Pentágono, estas operaciones unilaterales son necesarias. "No estoy convencido de que estemos ganando la guerra", dijo el miércoles el almirante Mullen, el asesor militar de más rango de la Casa Blanca. "Podríamos ganarla", añadió, "pero francamente, se nos está agotando el tiempo". El secretario de Defensa, Robert Gates, trató de aplacar los ánimos en Pakistán diciendo que la colaboración entre ambos países se mantendrá intacta. "Es especialmente crítico mantener una relación fuerte y positiva con el Gobierno, ya que cualquier deterioro sería un revés para Pakistán y Afganistán", dijo.

Islamabad, sin embargo, ha expresado su indignación ante lo que considera una violación de su soberanía nacional. El comandante en jefe del Ejército paquistaní, el general musulmán Ashfaq Parvez Kayani, advirtió el miércoles que defenderá "la soberanía y la integridad territorial del país a toda costa. A ninguna fuerza extranjera se le permitirá acometer operaciones dentro de Pakistán".

Ésta no será la primera ocasión en que EE UU ataca objetivos rebeldes en suelo paquistaní. Desde hace años, la CIA viene disparando misiles desde aviones militares no tripulados Predator, atacando refugios talibanes y de Al Qaeda en el noroeste de este país.

El lunes, un ataque con cinco misiles en la región de Warizistán se saldó con 23 fallecidos y 18 heridos, según los servicios de inteligencia paquistaníes. Sin embargo, desde este verano, aparte de los ataques con misiles, EE UU se ha concedido el permiso de enviar comandos especiales para embarcarse en operaciones cuerpo a cuerpo.

Entretanto, fuentes de seguridad paquistaníes anunciaron ayer la muerte de unos 100 militantes extranjeros en combates en la región de Bajaur, en la frontera con Afganistán.

Niños afganos contemplan a varios soldados estadounidenses el pasado agosto cerca de la frontera paquistaní.
Niños afganos contemplan a varios soldados estadounidenses el pasado agosto cerca de la frontera paquistaní.AP

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