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Un inversor dubaití dice que invertirá 100 millones en pisos

Una entidad de pequeños promotores espera que lleguen 10.000 millones más

Lluís Pellicer

No quiere dar las señas de su sociedad, ni siquiera el nombre, y nadie lo conoce. Pero dice representar a decenas de familias de varios países de Oriente Medio de clase media-alta y llegar a Barcelona con 100 millones de euros bajo el brazo para comprar viviendas, algo que, en tiempos de sequía de capital, suena como música celestial para los pequeños promotores. Hammid Kazerani afirma que les da igual dónde inyectar el dinero. "Casas rurales, de la costa, interiores...", aseguró ayer a un puñado de promotores inmobiliarios.

Puesto que en España no se vende nada, un grupo de pequeños promotores, agrupados en la Asociación Corporativa de Empresarios Inmobiliarios, se fueron a buscar clientes a Oriente Medio. El presidente de la entidad, Valentí Oliveras, explicó que lanzaron anuncios en las televisiones por cable de los Emiratos Árabes, Qatar, Omán y Kuwait. Oliveras relata que no se encontraron "a ningún jeque". Pero sí salió, prosigue, una gran bolsa de demanda. Se interesaron por los pisos entonces varias familias árabes y, a través de Kazerani, pusieron en marcha una infraestructura para "venir, comprar y pagar". ¿Cuál es esta estructura? Prefieren no decirlo. Oliveras advirtió de que "cualquiera podría entrar en Google y buscarla". De lo que se trata, añade, es que contacten con él. Y Kazerani también es cauteloso. Dijo que no tiene ánimo de lucro y que se dedica a exportar otros productos españoles.

Oliveras prepara ahora la llegada de estas familias, con una visita al campo del Barça incluida. Kazerani dice que quieren comprar en España porque les ofrece poder adquirir un piso en propiedad, mientras que en Dubai sólo pueden tener la titularidad durante 99 años. Otra razón es que la financiación es mejor: aquí están referenciadas al Euribor y allí están al 12%. Y, por último, explicó, "es bueno para frenar la tendencia inflacionista de estos países, puesto que no hay dónde gastar dinero".

En España sí lo hay. Hay más de un millón de pisos por vender. Oliveras lo recordó e hizo números, y anticipó que las familias árabes invertirán más de 10.000 millones de euros en viviendas. "Las quieren como inversión, para pasar las vacaciones o bien para cuando sus hijos vengan a estudiar a Europa", afirmó Oliveras.

Además, el promotor recordó que en España podrán vestirse como quieran, "con minifalda o biquini". Eso sí, antes de comprar deberán pasar por un "filtro económico y cultural" (el propio Kazerani) que consiste en asegurarse de que no van a hacer ningún tipo de proselitismo religioso y de que se pueden integrar bien. "No tendrá el más mínimo impacto social en ningún barrio ni ciudad de España", remachó. Oliveras agregó que es algo que "ya vigilan" las embajadas españolas.

Ni la Generalitat ni empresarios consultados conocen a este grupo de inversores. Es más, fuentes del sector afirmaron que la llegada de este tipo de capital sería "contraproducente". "Si los inversores que teníamos ya se han quedado con los pisos en las manos, imagina lo que ocurriría si encima quieren comprar por 10.000 millones de euros", afirman. La asociación que preside Oliveras hace unos meses sacó al mercado pisos en stock a precio de coste.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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