Los padres reclaman que se mantengan los comedores propios de 40 colegios
Alrededor de 2.500 niños y niñas de 40 escuelas de primaria son los únicos de la red pública de la comunidad autónoma que disfrutan de la posibilidad de almorzar en comedores escolares autogestionados, en los que las familias y el profesorado se implican para ofrecer una dieta sana a base de productos locales. En el resto de centros, se ha terminado recurriendo a la contratación de empresas de cáterin. La confederación de asociaciones de padres y madres del País Vasco (EHIGE en sus siglas en euskera) critica que el Departamento de Educación está limitando el personal de los comedores autogestionados, de manera que este curso afrontarán serias dificultades para mantener su sistema sin recurrir a servicios externos de comidas. Por ello, EHIGE reclama a Educación que garantice por ley la autonomía de los comedores.
Las familias y los docentes se implican para dar una dieta de productos locales
Ante el inicio del curso escolar el próximo lunes, los centros que mantienen este modelo propio analizan cómo seguir adelante. "El Gobierno nos amenaza con dejar de mandarnos cocineras temporales y con no cubrir las bajas del personal fijo. Nuestro modelo sale más barato a la Administración, pero obligarnos a entrar en la gestión directa [el Gobierno contrata a las empresas de comida], le permite controlar todo", afirma Ana Eizagirre, coordinadora de la asociación.
Ante la falta de personal, los centros tienen que elegir entre subir la cuota que paga cada comensal, recurrir al apoyo de las familias para cocinar o acabar renunciando a la autonomía y contratar a una empresa de servicio de comidas.
La confederación, que espera desde mayo una respuesta del departamento, plantea una moratoria para el curso 2008-2009 que asegure que los comedores mantengan su autonomía. Reclama que esa garantía se plasme en una ley que posibilite extender el modelo a nuevos centros. Frente a los alimentos precocinados de las empresas, los padres y madres ensalzaron las ventajas de disponer de cocina propia. Se priman los productos frescos y locales, se establecen acuerdos con agricultores y se implantan proyectos educativos como las huertas ecológicas.
Además, se puede atender mejor las necesidades especiales con dietas personalizadas, dan empleo a familias en paro y contienen un valor educativo porque implican a toda la comunidad escolar en la organización. "Ofrecemos un mejor servicio y alimentos de mayor calidad. No entendemos porqué quieren que desaparezca un modelo que lleva 25 años funcionando bien", concluyó Eizagirre.
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