Vida en un paisaje duro

Bodegas Bocopa, una cooperativa de segundo grado, nació para dar salida al vino de las cooperativas del Vinalopó y de la Foia de Castalla. Y bien puede decir que ha conseguido su objetivo, pues sus Marina Alta y Terreta Rosé han creado escuela en el marketing vinícola, al desarrollar nuevos productos con gran éxito con vinos tradicionales, que siempre han estado ahí. Parte del éxito se debe a su gerente, Gaspar Tomás, enólogo, manager y alma máter de este proyecto. La bodega fue construida en 1988 y diseñada por Pedro Beltran, ingeniero agrónomo, y está situada en Petrer, junto a la autovía Madrid-Alicante, donde ha dado vida y humanizado un paisaje duro e inhóspito. Algún día un Gobierno valenciano volverá a dar al Vinalopó la vida forestal que hace 150 años le quitaron cuando se construyó el ferrocarril Madrid-Alicante. Su bosque relicto, donde habitaban especies milenarias de fauna y flora, fue esquilmado para la construcción de depósitos, puentes, traviesas y para alimentar las calderas. Esa aridez tan a la vista no fue siempre así. Si el bosque vuelve al Vinalopó, habrá más agua y todavía mejor vino. Está más que demostrada la benéfica influencia que las arboladas ejercen sobre las vides por la conexión radicular y la emulsión carbonada. La bodega Bocopa es un sólido edificio de planta rectangular que contiene una protegida sala de barricas con gran voladizo de cubierta. La bodega de elaboración, de tecnología muy avanzada, se halla situada en el eje central para facilitar los trasiegos y movimientos logísticos. Desde el exterior la fachada y el edificio recuerdan a otro patrimonio arquitectónico del Vinalopó: la colonia Santa Eulalia, situada entre Villena y Sax, sobre todo las fachadas de la plaza del Palacio. De entre su gama de buenos vinos (Fondillon Alone, Laudum), el Terreta Rose es el mejor rosado de la última añada. Con la uva Petit Verdot, tinta de difícil aclimatación, Bocopa y su enólogo, David Llopis, han conseguido, cultivándola ecológicamente, afinarla para hacer un tinto sobresaliente, que combina con las migas de Biar y su rico embutido. Y como cantan en sus fiestas: "La Mahoma en Biar menja rotlles i fogasses/ se la'n lleven a Villena i la inflen a remolatxes".