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Catástrofe aérea en Madrid | Las víctimas

Lirios en San Bartolomé

El municipio canario que ha perdido a 13 vecinos se prepara para despedirlos - "Ese vuelo lo hemos cogido todos, era muy barato", cuenta un vecino

El municipio de San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas) debía celebrar estos días sus fiestas patronales. En lugar de eso, un florista colgaba ayer de las gradas del polideportivo del barrio de El Tablero lirios para la capilla ardiente. Allí, los vecinos despedirán a algunos de los 13 habitantes de la localidad que murieron en el accidente del aeropuerto Madrid-Barajas.

"Es demasiado. Hasta que no lleguen los cadáveres no vamos a mentalizarnos"
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Una hilera silenciosa de siete vecinos está sentada contra la pared de la casa de Fayna Noda, en el barrio de Aldea Blanca. Ramón Peña, tío de una joven víctima de 28 años, sale de puntillas de la penumbra de la casa. "Los padres están acostados", se disculpa. Cuando recibieron la noticia del accidente no pudieron viajar a Madrid. El reconocimiento de los restos lo asumieron sus otros dos hijos, acompañados por la familia de Rayco Rivero, novio de Fayna, también fallecido y originario del pueblo de Casa Pastores. Psicólogos y trabajadores sociales no abandonan la casa de Fayna. San Bartolomé (50.000 habitantes) se ha volcado. La mayoría de los afectados directos se encuentra en Madrid, pero los vecinos no quieren que los que se quedan se sientan solos.

El duro paisaje volcánico del sur de Gran Canaria sigue marcado por la ola de fuego de 2007. Por culpa de esos incendios, Laudencio García, de 51 años, concejal de Educación y Cultura, no pudo viajar a su Ciudad Real natal el verano pasado. Este año se desquitó. El miércoles regresaba a las islas junto a su mujer, la profesora Lucrecia Hernández (52 años) y sus hijos Elena y Carlos, de 16 y 14. En el pueblo todavía no se creen que "la pareja de maestros" no vaya a regresar. "Trece muertos a bote pronto son demasiados para creérselo", explica uno de los voluntarios que organiza la capilla ardiente. "Hasta que no lleguen los cadáveres no vamos a mentalizarnos. Mientras tanto no sufrimos, sólo alucinamos".

Pero nadie sabe cuándo llegarán los cuerpos. En una primera ronda sólo se reconocieron el de Laudencio y el de Carlos Herráez, un arquitecto madrileño residente en San Bartolomé que fue incinerado ayer. El resto espera las pruebas de ADN.

Ya ha anunciado que visitará el polideportivo la familia de Yanina Celis, que volaba a casa con su pareja, Ronaldo Gomes, brasileño. Yanina, de 28 años y guía turística, acababa de conocer en América a sus suegros.

Ajenos al drama, en la Playa de los Ingleses, los turistas pasean comiendo helados. No se percatan de que las banderas de los hoteles ondean a media asta. En el Riu Palace se han quedado sin ella. Su estandarte se llamaba Mustafá Paganna. Guineano de 52 años, vestido de librea blanca a la puerta del hotel, era inconfundible. Junto a su esposa, la mallorquina María del Carmen Fortaner, de 40 años, se trasladó a Gran Canaria hace 20 años. Allí nació hace nueve años su hija Sira. Los tres viajaban en el vuelo JK5022 y no han sobrevivido.

En la misma zona turística, en un complejo de apartoteles, trabajaba Honorio Rodríguez, de 56 años. Con él murió su esposa, María Lourdes Ramírez, de 51. Regresaban desde Zaragoza de visitar a una hija. Roberto, el hijo mayor, se salvó porque voló el sábado.

Al pueblo le va a costar sacarse el miedo del cuerpo. "Ese vuelo lo hemos cogido todos, era muy barato", explica un vecino. Hoy es el último de los tres días de luto. El único acto de las fiestas patronales que no se ha cancelado es la procesión de San Bartolomé. Este año no habrá torneo de fútbol, pasacalles ni verbena, sólo silencio y flores en el polideportivo.

Familiares y amigos de Fayna Noda, una de las fallecidas, junto a la entrada de su casa en San Bartolomé de Tirajana.
Familiares y amigos de Fayna Noda, una de las fallecidas, junto a la entrada de su casa en San Bartolomé de Tirajana.RAFA AVERO

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