Las fatales ironías en las vidas de Marcos y Yaiza

Volvían de estar 15 días de vacaciones en Orlando (EE UU). Lo habían pasado estupendamente. A Marcos Jesús Hernández y a su novia Yaiza Medina les encantaba viajar. Llevaban dos años juntos y ésa no era su primera escapada. Pero a sus padres no les entusiasmaba el destino que habían escogido. "Tenían miedo a los tornados", cuenta Salvador, primo de Marcos. Él hubiera cumplido 23 años un día después del accidente de Barajas. Yaiza tenía 27. Los dos han muerto.

Marcos tenía la idea del viaje entre ceja y ceja. Conocía Orlando y Disneylandia porque había estado dos años antes con un primo. "Le había encantado y quería volver y enseñárselo a su novia. Estaba ansioso por ir", dice su hermano. Trabajaba como repartidor, pero su pasión era la música. Tocaba el bajo y cantaba en su grupo, Sol Atlántico. "Habían hecho un videoclip de su última canción: Le compré la muerte a mi hijo. Qué ironía", lamenta Salvador.

Marcos y Yaiza se conocieron en una discoteca. "A los dos les encantaba bailar y salir. Yaiza era una niña muy alegre y estudiosa. Muy trabajadora y responsable", cuenta su madre, Quina, entre lágrimas. La joven estudió Administración y Finanzas en Gran Canaria. Trabajaba en el aeropuerto de Las Palmas, en una empresa de mantenimiento. Otra ironía.

"Me mandó un mensaje diciendo que llegaría tarde, que su avión estaba averiado y habría retraso. Íbamos a esperarles en el aeropuerto". Quina está destrozada. Recuerda que la mañana del miércoles habló con su hija. Ella le contó que había disfrutado mucho de las vacaciones. "Estaba entusiasmada. Habían pasado por una cascada con agua y montado en muchos cacharritos. Estaban llenos de vida. Nos los han robado".