Un pueblo alemán llora a Gerd, Claudia, Niklas y Lukas
Cuatro miembros de una familia bávara, entre las víctimas
Gerd Mrotzek, de 50 años; su esposa Claudia, de 38, y los hijos de ambos: Niklas y Lukas, de ocho y cinco años. Una familia completa procedente de la localidad bávara de Pullach (Alemania) desapareció en el vuelo JK5022 de Spanair, todos víctimas de uno de los peores accidentes aéreos en cielo europeo de las últimas décadas. Ayer, las informaciones sobre una quinta víctima alemana en Barajas -una mujer de la que se desconoce el nombre- rondaban los medios alemanes. Y, según la televisión pública, es posible que además esté entre los fallecidos una sexta persona con la doble nacionalidad española y alemana.
Los Mrotzek compartían con los abuelos de los niños una casa unifamiliar en la pequeña localidad residencial de Pullach, cercana a Múnich. Según informaba el diario muniqués de tirada nacional Süddeutsche Zeitung, los ancianos rechazaron cualquier ayuda psicológica tras conocer la fatal noticia y pidieron la asistencia de un religioso local. Además, exigieron a la policía que impida a los periodistas el acceso a su propiedad.
Las cámaras y los equipos de periodistas se agolpan desde hace dos días en las inmediaciones de la vivienda. Los reporteros han recogido las reacciones consternadas de vecinos y allegados, a quienes cuesta creer que el remoto accidente haya matado a cuatro de sus paisanos. El arraigo de los Mrotzek en Pullach venía de tres generaciones.
El municipio, con 9.000 habitantes, es célebre porque todavía alberga la sede de los servicios secretos exteriores alemanes, el BND, que se trasladará a Berlín en 2010.
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