Trichet avisa de los riesgos sobre el crecimiento y mantiene los tipos
El BCE deja el precio del dinero en el 4,25% ante la amenaza inflacionista
Los mercados y las empresas esperaban del Banco Central Europeo (BCE) un mensaje para los próximos meses. Y el Consejo de Gobierno del banco respondió como un funambulista: dejó los tipos de interés en el 4,25% y su presidente, Jean Claude Trichet, sugirió que seguirán así en los próximos meses debido a la fuerte inflación, pero a su vez avisó de las amenazas sobre el crecimiento. Los riesgos de enfriamiento económico, según Trichet, ya se han materializado: con esa advertencia, el BCE sugiere que no va a subir los tipos, aunque el alza de precios está en máximos de los últimos 16 años.
Durante su comparecencia pública, la máxima autoridad monetaria europea insistió machaconamente en que la lucha contra la inflación -que alcanzó el 4,1% en julio-, es la prioridad del BCE. Para los expertos, la decisión es un ejercicio de equilibrismo entre la prioridad de contener el incremento galopante del IPC de la eurozona y el riesgo de estancamiento económico que acecha a Europa.
El euro encadena varios días a la baja; ayer retrocedió hasta 1,53 dólares
Trichet habló de un segundo semestre "particularmente débil", pero negó que este enfriamiento sea una sorpresa para el banco. Y los analistas consideran que la comparecencia revela una tendencia hacia la "neutralidad" en la política monetaria, pese a que en los 10 años de vida del BCE una subida como la del pasado julio -del 4% al 4,25%- suelen estar asociadas a repuntes adicionales. El euro, que lleva varias jornadas a la baja, respondió con una nueva caída, hasta los 1,53 dólares por unidad.
El dilema del BCE se ha agudizado en los últimos meses: la evidencia de la desaceleración económica indica que una nueva subida de tipos podría dar la puntilla a un crecimiento ya ahora "más débil de lo esperado durante el muy sólido primer trimestre". Por otro lado, la inflación es la más alta desde la adopción del euro en 1999 y dobla el objetivo del BCE, del 2%: eso aconsejaría una nueva subida del precio del dinero. Trichet insistió en que el Consejo de Gobierno "no compromete de antemano" su posición respecto a los tipos, y rescató su metáfora de la brújula del BCE, "que no tiene más que una aguja, la de la estabilidad de los precios". La mayoría de expertos opina que los tipos se mantendrán en el 4,25% hasta bien entrado el año que viene.
Cuenta Trichet con una "gradual" moderación de los precios durante 2009, pese a los riesgos nítidos e inmediatos sobre la inflación. El presidente del BCE destacó, entre esos riesgos, la "expansión monetaria y crediticia", cuya contribución al alza de los precios persiste todavía pese a que muestra "signos de moderación". Los expertos del BCE reconocen ahora una "moderación del crecimiento del crédito privado" en la eurozona, debido a "más altos tipos de interés a corto plazo y al debilitamiento de los mercados inmobiliarios". Sin embargo, los créditos a compañías no financieras se mantienen robustos.
Las conferencias de prensa de Trichet son una especie de letanía antiinflacionista. Ayer, la insistencia del francés en el estribillo fue aún mayor de lo habitual, como requería la defensa de la subida de tipos que aplicó en julio y que le ha costado una avalancha de críticas. Políticos de diversos países y colores, sindicalistas, analistas y hasta algún premio Nobel de economía han criticado a lo largo de los últimos dos meses la política del BCE y han acusado a Trichet y a los suyos de insensibilidad ante la mala evolución de la economía.
Pero el BCE achaca ese enfriamiento -que se ha intensificado desde abril- a una reacción técnica tras el crecimiento registrado en el primer trimestre y, especialmente, al anquilosamiento de la economía mundial, consecuencia del drástico encarecimiento de la energía y de los alimentos en 2008. Trichet añadió que las "tensiones financieras" podrían afectar a la economía real "con mayor intensidad de lo esperado". Los analistas no descartan que el crecimiento de la eurozona haya embarrancado del todo, tras crecer un 0,7% en los primeros tres meses del año.
Al igual que el BCE, el Banco de Inglaterra tampoco alteró ayer sus tipos de interés, que quedaron por cuarto mes consecutivo en el 5%.
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