Fondo de solidaridad

Que los que más ganen y los que más tienen sean los que, casi siempre, más defiendan bajadas de impuestos, al ser los más beneficiados por las mismas, tiene su lógica. Si no, que se lo pregunten a los empresarios madrileños del CEIM, que no se cortan un pelo y proponen a su presidenta regional (la liberal Aguirre), junto a la privatización de empresas públicas, la externalización de servicios públicos y la flexibilización del mercado de trabajo (¿aún más?), menos impuestos y menos seguros sociales. Pero que un partido político, como el PSC, supuestamente de izquierdas, proponga limitar el fondo de solidaridad -contrariamente a lo establecido en nuestra Constitución- a la sanidad, educación y los servicios sociales esenciales, lo que implicaría transferir menos recursos de una comunidad autónoma rica, como Cataluña, a otras más pobres, no lo tiene tanto.