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Whitesnake y Loreena McKennitt abren la semana

El tiempo en que los grupos de renombre sólo hacían escala en Madrid y Barcelona quedó atrás hace mucho. Ahora los escenarios de Euskadi se han convertido en escaparates atractivos y rentables para las figuras de la música, como lo demuestran las actuaciones en Vizcaya de Whitesnake y Loreena McKennitt, artistas con propuestas bien diferentes. El grupo heavy presentará disco mañana en la sala Rockstar Live de Barakaldo (21.00; 40 euros). Mientras, la cantautora canadiense mostrará el martes en el Palacio Euskalduna (21.30; de 39 a 52 euros) una propuesta más introspectiva vinculada al folk, concretamente a la música celta.

Loreena McKennitt (Manitoba, 1957) repasará en Bilbao, una de las últimas escalas de su gira europea, el cancionero que ha plasmado en sus nueve discos, aunque prestará especial atención al de su última grabación de estudio, An ancient muse. Instrumentos como el arpa, laúd, lira, cítara y nyckelharpa (pequeño violín con teclas característico de Escandinavia) conviven en un trabajo que cuenta con alusiones a La Odisea de Homero, y fue preparado en viajes a Mongolia, China, Turquía y Grecia.

En esos lugares se concibieron reflexiones sobre los conceptos de hogar y de viaje, sobre la mezcla de culturas, distintos conflictos y la sempiterna esperanza, partiendo de la exploración de los celtas y su historia, ha manifestado McKennitt, aludiendo a su intención con An ancient muse. La cantante comenzó su carrera artística tocando el arpa en la calle, y en la actualidad acumula más de 14 millones de discos vendidos.

Rock duro y melodía

Muchos más discos ha despachado Whitesnake en más de 30 años de dedicación al hard rock. El grupo británico llega a Euskadi con un nuevo cedé bajo el brazo, Good to be bad, y con un buen puñado de hits pretéritos en sus alforjas. La balada Is this love, Fool for your loving y Still of the night figuran entre ellos, y en la actual gira son interpretados por David Coverdale a la voz, Doug Aldrich y Reb Beach a las guitarras, Timothy Drury al teclado, Uriah Duffy al bajo y Chris Frazier a la batería.

Coverdale formó Whitesnake en 1977, tras abandonar Deep Purple, y sus primeras grabaciones evidenciaron su querencia por sonidos próximos al rhythm & blues. Luego el rock duro, aunque suavizado con ribetes melódicos, asumió por completo el protagonismo. En los años ochenta se sucedieron discos exitosos como Slade it in, 1987 (que vendió más de 10 millones de ejemplares) y Whitesnake. La de los noventa fue una década de escasa actividad y desde hace un lustro el conjunto ha vuelto a cobrar cierto impulso.

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