ETA preparaba un coche bomba contra un furgón de la Ertzaintza

ETA tenía planeado hacer estallar, a finales de este mes, un coche bomba al paso de un furgón de la Ertzaintza en la zona del Puerto Viejo de Algorta coincidiendo con las fiestas de ese barrio de Getxo. Así se desprende de la documentación y de las declaraciones de los diez detenidos por la Guardia Civil estos días, relacionados con el comando Vizcaya de ETA, y que ayer fueron prestando declaración ante el juez Baltasar Garzón. Para ejecutar este macabro plan contra la policía autónoma se iba a desplazar especialmente desde Francia un grupo de etarras con el coche bomba ya preparado para su colocación. Ése ha sido el método seguido últimamente por la banda en los atentados de mayor envergadura, que requieren gran cantidad de explosivo.

La Ertzaintza está en el punto de mira de ETA. Lo demuestran los diversos atentados contra varios de sus miembros. El último de ellos fue perpetrado el pasado mes de noviembre, con una emboscada fallida de tres kilos de cloratita que los etarras programaron para que estallara cuando los agentes acudieran a investigar la bomba que habían colocado en el Palacio de Justicia de este municipio.

En cualquier caso, los etarras del Vizcaya tenían ya una olla preparada con cinco kilos de explosivo y lista para su utilización en el tercer zulo que se ha descubierto, esta vez en Getxo. Tenían allí 35 kilos de explosivo, otra olla vacía, matrículas falsas, detonadores, componentes electrónicos y herramientas, todo para confeccionar artefactos.

El juez Garzón interrogó ayer a los detenidos, que al mediodía fueron conducidos a los calabozos de la Audiencia Nacional y para los que previsiblemente ordenará el ingreso en prisión. El primero de ellos, Arkaitz Goikoetxea, el liberado de la banda y jefe del grupo, permaneció ante el juez durante hora y media. En ese tiempo reconoció su pertenencia a ETA y admitió que recibía órdenes e instrucciones directas del actual jefe del aparato militar Mikel Garikoitz Azpiazu, Txeroki, según han señalado a este periódico fuentes judiciales.

La fiscal había pedido su ingreso en prisión como presunto autor de diez delitos, entre ellos el asesinato del guardia civil Juan Manuel Piñuel en el atentado contra la casa cuartel de Legutiano (Álava). Además de estragos, conspiración para el secuestro del concejal socialista de Eibar Benjamín Atutxa y para el asesinato del juez Fernando Grande-Marlaska, y estragos en grado de conspiración por la campaña de verano que ETA preparaba en Andalucía. Así como los delitos de robo de vehículo, depósito de explosivos y armas y falsificación de documento público.

Goikoetxea había confesado a la Guardia Civil la existencia de tres zulos, dos en La Rioja y el tercero en Getxo, así como los planes de asesinatos que tenía el comando. Tras él declaró ante Garzón el presunto etarra Aitor Cotano, que fue detenido en la localidad pontevedresa de Nigrán. Entre los demás arrestados se encuentra la novia de Goikoetxea, Maialen Zuazo, que llevó a la policía hasta el comando después de que fuera hallada una de sus huellas dactilares en un coche usado por los terroristas.