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Reportaje:43º Jazzaldia Donostia-San Sebastián

La seducción llega desde el mar

Siete kilómetros de playas no ensombrecen otros atractivos, como la gastronomía

Más allá del Jazzaldia, la Quincena Musical o el Festival de cine, San Sebastián emana estilo durante todo el año. La ciudad, fundamentada en un casco viejo acogedor y un ensanche que nace desde la playa de La Concha, lleva más de un siglo seduciendo por su espléndida ubicación, primero, y por la calidad de su gastronomía, en la actualidad.

- Playas. Siete kilómetros de playas urbanas, desde el pie del monte Ulia hasta las faldas del Igeldo, donde el Peine de los Vientos de Chillida impresiona a propios y extraños con esa capacidad que ofrece esta escultura única para intervenir en la naturaleza. Siete kilómetros de costa cantábrica que desde hace más de un siglo gozan del entusiasmo de vecinos y veraneantes ilustres, que han convertido, entre unos y otros, a la ciudad en la capital vasca del glamour.

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Con el Kursaal de Rafael Moneo como referente visual, la Zurriola, en la margen derecha del Urumea, se ha convertido en la playa de moda para los más jóvenes y asimilados, aquellos que no quieren ver el paso del tiempo por sus cuerpos. Con un sector nudista en uno de los extremos, el recuperado arenal de Gros es el emplazamiento preferido para los aficionados al surf.

La Concha mantiene, por su parte, su público tradicional, como bien refleja el centenar largo de sillas de playa que esperan a sus dueños todas las mañanas del verano. Pero también responde a las preferencias de los forasteros por ser la más amable y la que cuenta con mejores vistas, con el puerto a la derecha, la isla de Santa Clara enfrente, el palacio de Miramar (que fue residencia veraniega de la reina María Cristina durante lustros) o el balneario de la Perla.

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Y Ondarreta, en el extremo izquierdo de la capital donostiarra, se presenta como la playa familiar, a la que acuden también surfistas en busca de olas.

- Un paseo por la ciudad. Indispensable para el que llega a la capital donostiarra es su Parte Vieja, con las iglesias de San Vicente y de Santa María del Coro, gótica la una y renacentista-barroca la otra. Un antiguo convento de dominicos es hoy en día el Museo de San Telmo, cuyas colecciones de arqueología, etnografía y pintura merecen una detenida visita. Estas animadas calles conducen a la plaza porticada de la Constitución. Entre sus balcones, numerados y pintados de albero que delatan su origen como plaza de toros, se alza el antiguo ayuntamiento neoclásico, reconvertido en Biblioteca Municipal.

La alameda del Boulevard da entrada a la ciudad romántica, que surgió tras el derribo de las viejas murallas. A orillas del Urumea, se puede contemplar el Teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina, construidos en estilo neoplateresco. Forman parte de la entrada al ensanche donde se encuentran también la ajardinada plaza de Guipúzcoa, con el edificio de la Diputación o el centro cultural Koldo Mitxelena, sin olvidar la catedral del Buen Pastor, construida en estilo neogótico. De nuevo en la ribera abundan casas señoriales de principios del siglo XX, que llevan al puente de María Cristina, el más monumental de los que cruzan el río.

- Gastronomía. En San Sebastián, música, cine y gastronomía compiten en el palmarés. Y últimamente, el aficionado no sabe dónde elegir, porque la calidad en las tres artes no tiene punto de comparación. Desde los restaurantes típicos del puerto a los bares de pintxos del casco antiguo, las referencias son infinitas. Ahí van algunas sugerencias. Para los pintxos, los bares de la calle Fermín Calbetón, como el Goiz Argi (943 42 52 04). En cuanto a los restaurantes, desde La Cepa (943 42 63 94) o Narrika (943 42 73 27) hasta Akelarre (943 31 12 09) o Arzak (943 27 84 65), dos de los orígenes del fenómeno gastrónomico vasco.

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