De 'Deliverance' a Mortadelo
En los últimos años, el cine de terror ha alcanzado en España unas cotas de calidad técnica casi irreprochables mientras que, por lo general, sus guiones se quedaban anclados en la categoría de pastiches más o menos eficaces, dependiendo de la calidad de la puesta en escena.
A Eskalofrío (sí, con k, cuestión de modernidad), segunda incursión en el largometraje de terror, tras Somne (2005), del ex miembro de La Fura dels Baus Isidro Ortiz, se le van viendo las sucesivas referencias a cada paso, pero la primera hora de metraje mantiene las constantes vitales gracias a su factura técnica, al buen trabajo de Junio Valverde, a la poderosa presencia de Francesc Orella, y a una ambientación vampírica inmersa en un retrato de la cotidianidad rural ciertamente meritorio, muy en la línea de La sombra de nadie (Pablo Malo, 2006).
ESKALOFRÍO
Dirección: Isidro Ortiz.
Intérpretes: Junio Valverde, Mar Sodupe, Francesc Orella, Jimmy Barnatán.
Género: terror. España, 2007.
Duración: 91 minutos.
El estiramiento del tempo de la secuencia, típico del cine de terror oriental, no siempre está bien logrado, pero las reminiscencias de clásicos modernos como Perros de paja y Deliverance (seguramente las cintas más copiadas del último lustro) están bien ensambladas, sobre todo en el retrato de la gente del pueblo y el siempre difícil acogimiento del extraño. Sin embargo, es desvelarse la fuente primordial del misterio (mezcla de Gaspar Hauser y The Ring), y el último tercio de la película se derrumba por completo.
Escrito por el propio Ortiz y hasta tres manos más (Hernán Migoya, José Gamo y Alejandro Hernández), el guión se convierte en una risible sucesión de acontecimientos, más típica de una aventurilla de Parchís que de una cinta de terror seria, donde los cambios de vestuario del personaje de Jimmy Barnatán adquieren cotas dignas de un tebeo de Mortadelo y Filemón.
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