La aerolínea Spanair sucumbe al alza del petróleo y suprime 1.100 empleos
La compañía se deshace en el plan de viabilidad de 15 aviones y 9 rutas
Sin novio que puje por ella y con 41 millones de números rojos hasta marzo, la segunda aerolínea que opera en España, Spanair, se someterá de inmediato a una durísima cura de adelgazamiento que le permita sobrevivir en el convulso cielo europeo.
En él vuela, como sus rivales, bajo la tormenta que descargan nubes de petróleo caro y unas previsiones de caída de la demanda en España del 3% este año y de otro 7% en 2009, atribuidas a la crisis económica y a la competencia creciente del AVE.
El comité de empresa encaja el proyecto como "un jarro de agua fría"
Spanair, propiedad de la escandinava SAS, dijo ayer adiós a una cuarta parte de la plantilla: 1.100 trabajadores. Adiós a las rutas deficitarias: nueve, la mayoría domésticas. Y adiós a parte de su flota: 15 aviones, los viejos McDonnell Douglas que más combustible consumen y que, con un coste de 1.386,75 dólares por tonelada métrica (el doble que hace un año), causan pérdidas anuales por avión de cinco millones. El recorte de capacidad y plantilla de un plan diseñado por Boston Consulting Group permitirá un ahorro de 90 millones en 2009. Se sumará a recortes de costes fijos en toda el área de negocio, y a mejoras en la eficiencia y en la captación de ingresos alternativos.
El presidente de SAS, Mats Jansson, ya había hecho sonar las campanas de alarma en junio pasado, vista la crisis que sacude al sector aéreo y lo desierto del concurso de ofertas tras la retirada de Marsans, la inhibición de Iberia, la poco convincente oferta de Gadair y la nebulosa de intenciones del empresariado catalán. Pero la plantilla, que conoció la decisión mediante un correo electrónico, confesó sentirse desbordada. "Estamos alucinados; esto es un jarro de agua fría", lamentó Jordi Mauri, presidente del comité de empresa. Representantes de los trabajadores se reunieron cinco horas con el director de recursos humanos, Jesús Merino. "El expediente nos afecta a todos. No hemos podido sacar datos de dónde afecta más", añadió Mauri. "No por esperada la noticia es menos mala. Esperemos que se haga de la forma menos traumática", apuntó Joana Amengual, directora general de Transporte Aéreo de Baleares, sede de Spanair.
Spanair tiene una plantilla de 3.689 personas (600 son pilotos), además de 377 comerciales. Sus principales centros son Mallorca (1.200 personas y donde podría haber unos 250 despidos, según Amengual), Madrid (1.000), Barcelona (500), Canarias (400), y Bilbao y Málaga (100 empleos en cada una). La escabechina afectará, además, a otras empresas, como Newco, encargada de los servicios en tierra de Spanair y donde se temen al menos 70 despidos, al desmantelarse las bases de Girona y Donosti.
De las nueve rutas que se suprimirán, seis conectan Madrid (con Viena, Múnich, Girona, San Sebastián, Granada y Oviedo); dos, Bilbao (con Málaga y Jerez), y una, Barcelona (con Zúrich). Después de que Iberia se replegara en Barcelona al apostar por los vuelos de larga distancia, el Gobierno y los empresarios catalanes vieron en Spanair una baza para redimensionar El Prat. En la carta interna enviada ayer, el director general, Marcus Hedblom, reivindica para Spanair esa primacía en Barcelona, además del segundo lugar en el mercado español, con 260 vuelos diarios a 48 destinos, por delante de Vueling-Clickair.
Hedblom también augura que la crisis continuará en 2009 y en 2010. Pide a la plantilla "realismo" y advierte de que cada subida del petróleo del 5% son 18 millones de impacto en los resultados. Así justifica sus medidas "urgentes" para "no hipotecar el futuro" de Spanair.
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